Capítulo 4 Ella es diferente

629 Palabras
—¿Por qué tanta prisa? —Tienes razón. Quiero hacerlo cuanto antes —asintió Ainsley y dijo con seriedad. Cason se atragantó con sus palabras y apartó a Kaliyah con una expresión ligeramente sombría. Tras dar unos pasos, Kaliyah le dijo de pronto algo a Cason en tono íntimo. Se dio la vuelta y caminó hacia Ainsley, con ojos amables. —Señorita Easton, pase lo que pase, le debo un agradecimiento. —¿Por qué me das las gracias? —Ainsley estaba un poco desconcertada. Kaliyah giró la cabeza para mirar al hombre que la esperaba no muy lejos. Se recogió el pelo detrás de la oreja y sonrió dulcemente mientras recordaba con emoción. —Por aquel entonces, Cason y yo nos separamos por accidente. Cuando volví, pensé que ya no podríamos estar juntos. Sé que le quieres mucho. Si no hubiera sido por tu ayuda, quizá no habríamos tenido la oportunidad de volver a estar juntos. —Te equivocas. —Ainsley levantó los ojos—. Tú no eres la razón por la que quiero divorciarme de él. No soy tan generosa y amable. Me divorcio de él solo porque no quiero que me siga gustando, y no me gustará a partir de ahora. Ainsley pasó tres años trabajando duro para ser la Señora Baldry, pero fracasó. Con estos tres años, quizá le tocara la lotería si seguía comprando lotería, pero no podía hacer que le gustara a Cason, así que ¿por qué iba a obligarle? En el momento en que decidió divorciarse, debería haberlo dejado ir. Ainsley había hecho mucho por Cason, pero lo que obtuvo a cambio fue que él llevara a otra mujer a verla, pero Ainsley no sintió ningún remordimiento. Kaliyah se quedó ligeramente atónita. —En cuanto a lo que pasó entre ustedes dos, no tiene nada que ver conmigo —pensó Ainsley un momento, bajó la mirada y dijo con frialdad. La hora fijada para la cena eran las ocho y media de la tarde, y eran poco más de las siete cuando Ainsley llegó al apartamento. Probablemente porque ya no se quedaría en casa de los Baldry, Ainsley sintió alivio. Aún era temprano después de ducharse y cargar el móvil. Ainsley eligió un vestido rojo rosado que le gustaba desde hacía tiempo, se puso lentillas y se maquilló. Esto era algo que nunca había hecho en casa de los Baldry. Cuando se casó, sabía maquillarse, pero a Lindsay no le gustaba cuando iba maquillada porque parecía demasiado sexy y no era como una dama. Cason ni siquiera se molestaba en mirarla. Ahora podía hacer lo que quisiera y elegir lo que le gustara. Tras cambiarse de ropa y maquillarse, Ainsley tomó un taxi hasta la casa de los Baldry. —Señora Baldry, por aquí por favor. Cuando el ama de llaves vio aparecer a Ainsley, se sorprendió un poco, pero aun así la invitó respetuosamente a pasar. Al oír que seguía llamándola Señora Baldry, Ainsley supo que Mathew Baldry, el abuelo de Cason, probablemente no quería que ella se divorciara de Cason. Como era de esperar. Cuando entró, además de Cason, Kaliyah también estaba presente en la mesa del comedor. Mathew tenía una expresión sombría en el rostro y no dijo ni una palabra. El ambiente era bastante opresivo. Al verla, la expresión de Mathew se alivió un poco. Sonriendo cálidamente, la saludó —Aisy, date prisa. Hace mucho que no vienes a comer conmigo. Cason levantó inconscientemente la cabeza y su mirada se posó en Ainsley. Estaba estupefacto. Ainsley se quitó las gafas, revelando sus hermosos ojos rasgados. Sus ojos brillaban con lentes de contacto rojas como rosas, con un aspecto encantador y orgulloso. La mujer que solo decía obedientemente que sí a cualquier cosa... parecía completamente diferente.
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