Cuenta la leyenda que la Diosa Luna era una poderosa deidad celestial que gobernaba los cielos y velaba por la noche. Era una diosa de belleza deslumbrante, cuya luminiscencia plateada iluminaba el mundo nocturno. Inspirada por su amor hacia la humanidad, la Diosa Luna decidió otorgar a sus descendientes una porción de su esencia divina. La leyenda relata que los Descendientes de la Diosa Luna eran seres especiales, elegidos por la diosa misma para llevar su herencia y proteger los misterios de la noche. Heredaron su belleza etérea, con cabellos oscuros como la medianoche y ojos que reflejaban la luz de la luna. Estos Descendientes poseían una conexión mágica con la luna y sus ciclos, y su presencia era una fuente de calma y misterio para aquellos que los rodeaban. Podían sentir la energ

