Con cada impulso de sus manos, Bastián se acercaba cada vez más al puente. Sentía las emociones correr por su cuerpo mientras se daba cuenta de que, cada vez estaba más cerca de Kiya. Una mezcla de nerviosismo y de emoción invadía a Bastián mientras se aproximaba al puente. Sus latidos se aceleraban conforme la distancia entre ellos se reducía. Cada rueda de su silla de ruedas avanzaba sobre el camino de madera, resonando suavemente con cada movimiento. El sonido se fusionaba con el ambiente, creando una sinfonía única. Al llegar al final del puente, Bastián levantó la mirada y allí estaba Kiya, con una sonrisa en su rostro que iluminaba todo su ser. Bastián sintió que su corazón se llenaba de alegría y compasión por Kiya. Sabía que estaba dispuesto a escucharla en todo lo que tenía qu

