**SIENNA** Gabriel me soltó en su rostro una mezcla de alivio y confusión. —Pensé… pensé que mi madre te había contactado —susurró, su voz temblando levemente—. No la he podido encontrar desde que me dijiste lo que pasó en la oficina. Negué con la cabeza, mis ojos llenos de una falsa inocencia. —Creo que la estás imaginando. No la he visto —repetí, sintiendo cómo el peso de la mentira se asentaba en mi pecho. Pero en el fondo, sabía que la verdad era más complicada. La señora Sinclair había lanzado un ultimátum, y aunque había decidido no dejarme intimidar, la incertidumbre de lo que podría suceder me mantenía en vilo. Gabriel dio un paso atrás, sus ojos aún llenos de inquietud. —No entiendo por qué está actuando así. Siempre ha sido… mi madre siempre es controladora, pero esto es dife

