8 Elris

1751 Palabras
Capítulo 8 El sexo con ella siempre es así de explosivo, ya comprendió que escucharla me excita, así que algo me dice que a partir de ahora lo va a utilizar en mi contra. La dejo terminar mientras controlo mi propio orgasmo, luego me dejo ir en su interior. Mis piernas están débiles, pero aun así están más fuertes que las suyas, parece que se va a caer, eso me llena de orgullo masculino, la sostengo hasta que puede hacerlo por sí misma. – No tenías necesidad de romper mis bragas – dice una vez que se aleja caminando – Ya lo sé – le respondo, estoy acomodando mi ropa – pero fue mucho más excitante de esa manera – ella se ríe – No puedo decir nada ante eso – me mira – tienes la razón – se acerca - ¿no vas a bañarte? – niego – Tengo que regresar a la universidad – le digo – Aun así – señala mi entrepiernas – estas lleno de mi – me rio – No soy tan extraño. Eso no me molesta – le digo y automáticamente niega – Al menos límpiate – niego – No lo voy a hacer, así pienso en ti – termino de acomodar mi ropa – Nadie que te vea podría decir que eres un tipo tan sucio – se queja, me acerco a ella, la tomo de la barbilla y le doy un beso muy fuerte para que piense en mi durante el resto del día – Piensa lo que quieras, es excitante oler a ti por el resto del día – hace una mueca de desagrado que se ve bastante chistosa en su linda cara – Has lo que quieras, yo voy a bañarme – me dice – Has lo que quieras – repito su frase – la habitación es tuya por el resto el día – estoy a punto de salir cuando me detiene sosteniendo mi camisa – Me debes una conversación – en verdad creí que lo había olvidado – La próxima vez voy a tener que esforzarme más para entretenerte – bromeo – ven esta noche a mi casa, te responderé todo lo que quieras saber y de paso saciare un poco más de este deseo que siento por ella y que al parecer va a durar por un tiempo – No lo sé – me dice – tendré que pensarlo – me encojo de hombros – Piensa todo lo que necesites, si no es esta noche. No voy a responder a nada – abro la puerta – Ahí estaré – me confirma lo que sospechaba, está muy curiosa sobre mí, salgo de la habitación y la dejo a solas. No tenía idea de que ella fuera hija del director Franco, de lo contrario hubiera evitado caer en esta relación loca que tenemos, mi familia lleva años intentando hacer una alianza con el grupo F corporation, pero son bastante complejos y no se dejan manipular por tipos como mi padre, ni siquiera cuando estuvieron al borde de la quiebra. Ahora tengo que esforzarme para que no se enteren de esto. También tengo que evitar que ella ligue las cosas, sé que su mayor curiosidad es si será cierto que soy hijo de quien dicen en la universidad, la verdad es que, no es algo que me haga sentir orgulloso, me paso la tarde dando clases, tengo una reunión con un empresario que quiere consejo, otro de mis trabajos, cuando llego a la reunión me decepciono al ver a Alan, mi hermano menos, el cual estoy casi cien por ciento seguro de que es gay, pero que se esfuerza por esconderlo como si fuera un pecado, otra cosa que es culpa de la maldita mentalidad de nuestro padre. – ¿Qué haces aquí? – le pregunto, me siento y levanto la mano para que la camarera venga – un café por favor – le digo una vez lo hace, ella se retira de inmediato, suelo reunirme aquí con mis clientes porque es bastante tranquilo y silencioso – Vengo por una consulta – me responde mi hermano – Alan – le digo de mala gana – soy un hombre ocupado, no puedo estar jugando contigo siempre que lo necesites – No necesito jugar – bebe de su café – necesito una consulta – ¿de que una consulta? – le pregunto – Quiero abrir una pequeña editorial, nada grande – eso era algo que tenía mi madre antes de enfermar. Me molesta que este aquí para decir algo como eso – Ya sabes que eso no es rentable – digo las palabras que le dijo mi querido padre a mi tonta madre cuando cerro el sueño de su vida – Quiero arriesgarme – me responde Alan – ese es mi sueño Elris – De dónde venimos los sueños valen demasiado como para poder costearlos Alan, no me busques para cosas como estas – Siempre me dices que sea yo mismo y cuando lo hago no me das tu apoyo – hace silencio cuando la camarera viene a poner mi café sobre la mesa, espero a que se vaya para hablar – Sabes que no es a eso a lo que me refiero – le digo – no intentes escapar de la verdad – me molesta que se esconda, que deje de ser quien es por culpa de mi padre – No lo hago – baja la cabeza, se siente avergonzado – Lo estás haciendo ahora – le hago notar – pero no me voy a meter en eso, ya sabes que tienes mi apoyo totalmente – Entonces apóyame en esto – me pide – tengo un pequeño capital para invertir, no te cuesta nada ser mi contable – rasco mi cabeza – ¿tienes un plan de negocios? – asiente, está sonriendo, sabe que se salió con las suyas – envíamelo por email, tomo mi café a toda prisa y me levanto, antes de irme lo miro - ¿sabe tu padre algo de esto? – el niega – Tampoco quiero que lo sepa – asiento – No sé por qué siempre consigo meterme en problemas – Me lo debes – toco mi nariz – me dejaste cuando más te necesitaba – tiene razón y nunca me lo voy a perdonar, cuando nuestra madre murió, decidí que no quería estar en esa casa, preferí irme a donde mi madre era feliz, el pequeño lugar en el campo. Pero no pude traerlo conmigo y tuvo que sufrir de todo lo que mi padre le hizo pasar – padre quiere verte – me comunica – Dile que espere sentado, es lo mejor que puedo hacer por el – no quiero verlo, estoy cómodo manteniéndolo a distancia, miro mi reloj, sé que es casi hora de que Yuliana venga a mi casa, así que debo irme – no te quedes aquí solo – es una costumbre que tiene, se queda mucho tiempo después de que me voy, me he quedado observándolo un par de veces – yo tengo otra cita – asiente y me sonríe, es lo único que sabe hacer, me molesta tanto que se comporte de esa forma, quisiera poder ayudarlo más, pero no confía en mí. Esa actitud un día lo va a meter en problemas. Llego a la casa, me aseguro de encender todas las luces para que no parezca lo que parece normalmente, el castillo de algún loco. Pido comida y me voy a dar una ducha, el timbre de la puerta me hace salir, me pongo una toalla alrededor de la cintura y abro, creí que era la comida, pero es ella. – ¿vas a pagar el taxi por mí? – pregunta y me empuja para entrar en la casa – Pensé que era alguien más – le respondo – ¿acaso esperabas esto? – me muestra las bolsas que tiene en las manos y de las que no me había percatado, es la comida que pedí antes – Si, eso estaba esperando – le confirmo – Pues puedes volverla a guardar porque ya me encargué de pagarla – me sonríe – ya sé que no te gusta que las mujeres paguen, pero hasta que no sepa si tu dinero es limpio o traficas drogas, prefiero pagar mi comida para que no me dé una indigesta – sé que bromea y le sonrío – De acuerdo, por hoy voy a dejarlo pasar – le sigo la broma – ponte cómoda, voy a vestirme – ¿puedo ir poniendo la mesa? – asiento, voy a mi habitación y me pongo unos boxers y un chort deportivo, dejo mi torso desnudo y regreso a buscarla, ya tiene casi todo el trabajo hecho así que voy a la nevera y saco un par de refrescos que pongo sobre la mesa – me sigues sorprendiendo – dice cuando nos sentamos – ¿Ahora por qué? – le pregunto – Comes comida chatarra – lo dice como si fuera algo del otro mundo – de verdad imagine que comías cosas muy sanas – Soy un tipo mucho más simple de lo que te imaginaste – ella sonríe – Eso puedo verlo, me has sorprendido bastante, sinceramente me parecías sexy, pero estaba casi segura de que me aburriría de t después de estar media hora a tu lado – se ve un poco avergonzada – ¿Por qué dices cosas que te avergüenzan? – le pregunto – Tengo un problema con el filtro de mi cerebro, siempre digo lo que pienso – me rio a carcajadas, la ayudo a acomodar las alitas de pollo en la fuente que escogió y me siento a su lado - ¿no hay nada más fuerte que esto? – pregunta – es que este pollo va genial con cerveza – vuelvo a reír, algo que hago bastante cuando ella está cerca – Si lo hay – me levanto y regreso con lo que pidió, su cara se ilumina y se ve muy feliz – Eres una mujer muy básica, te pone feliz la comida, el alcohol y el sexo – me hace una mueca – También que respondas mir preguntas, así que comencemos ahora – toco su pelo y asiento – De acuerdo – le concedo – pero todo lo que te cuente debe de quedar entre nosotros – asiente y hace como si cerrara un súper en su boca – Seré una tumba – voy a creer esa promesa, no creo que tenga muchas opciones en este momento.
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