3 Yuliana

1711 Palabras
Capítulo 3 Mi intención desde el primero momento fue provocarlo, romper todas las barreras que aún le quedan para mantenerse alejado de mí, verlo con esa desagradable profesora que solo lo quiere encerrar y darle muchos bebes me desagrada, aun no pienso permitir que nadie haga eso con él. Por eso le confieso cuantos deseos siento por él, cuan grande son mis ganas de que se deje de rodeos y me de ese orgasmo que tanto quiero. – ¿al menos eres consciente de que esto está mal? – me pregunta el, sabía que algo como esto era lo que estaba sucediendo – Puede ser – le respondo – si lo ves desde el punto de vista en que soy tu alumna, está mal – voy a tratar de que comprenda de otra forma – pero tenga en cuenta que no quiero que me regale ningún punto en sus clases, eso ya se lo había dicho, mi interés por usted no tiene nada que ver con sus clases – ¿a no? – sonríe, nunca la sonrisa de un hombre me había provocado tantas cosas - ¿entonces cuál es tu interés en mí? – no pensé tener que explicarle eso cuando está pegado a mí de esa forma, sabe claramente lo que estoy sintiendo ahora, aún tiene su mano sobre mi v****a y mis jeans están empapados – Solo quiero sexo, Elris – suspiro su nombre – y si te incomoda esta situación, veámonos fuera de la universidad, ven esta noche a mi casa – se queda pensativo, esta propuesta viene de lo que dijo el ayer, que este no era el lugar – supongo que fuera de estos edificios podremos ser solo un hombre y una mujer – me besa – ¿en ese lugar donde vives podrás gritar a placer? – lo pienso, si gritara todo lo que quiero, de seguro me llamarían a la policía – No, no todo lo que quiero – le respondo – Entonces ven a mi casa, quiero hacerte gritar como loca – no dudo que sea capaz de hacerlo, con solo tocarme un poco me dejo volviéndome loca, si se esfuerza puede hacerme gritar desesperadamente hasta dejarme ronca, cuando me interese por él, no tenía idea de que era tan bueno follando, solo me agradaba la idea de que era atractivo, se aleja – ¿ahora te vas a quedar así? – me extraña el nivel de autocontrol que parece tener – Nunca – dice la palabra de manera rotunda – ni una vez, te voy a hacer el amor – Sexo – lo interrumpo para corregir – Lo que sea – dice con desinterés – céntrate en la parte en la que no vamos a hacerlo aquí – No hablo de tener sexo – le digo, aun lo estoy provocando – lo que digo es que debería de dejarme tocarlo, o tocarse usted mismo – niega – Ya sea que me vaya a tocar o no, no vas a enterarte – sonrío ante su negativa a dejarme saber – De acuerdo – no es mi intención discutir al respecto – deme su número – le entrego mi móvil para que registre su número en él y poderlo localizar – ¿no vas a llamarme a cada cinco minutos verdad? – se ve que no me conoce – Para nada, profesor, solo sabrá de mi cuando quiera follar – soy totalmente directa e indeseable, pero es lo que él se merece – así que no tiene de que preocuparse – asiente, toma mi teléfono y hace lo que le pedí, salgo de allí de inmediato antes de que haga combustión espontanea, paso el resto del día sin prestar atención a mis clases, no me puedo concentrar pensando en lo que voy a hacer cuando caiga la noche. Me decido a pasar por una tienda de lencería para hacer honor a la ocasión. Clau, mi amiga me acompaña, no le digo nada, no porque no confíe en ella, es solo que prefiero mantenerlo en secreto, a pesar de que no lo admita frente a Elris; se que esto puede ser un problema para ambos. – Me esta matando la curiosidad – me dice un rato después de entrar en la tienda, llevamos rato dando vueltas y no encuentro lo que estoy buscando – ¿Cuál es esa curiosidad que te esta matando? – le pregunto, no le estoy prestando atención porque sigo buscando algo en especifico que ni siquiera yo sé que es – ¿Quién es el que se merece que vengamos a una tienda como esta? – se que es lo que le sucede, no tengo por costumbre darle tanta importancia a un encuentro s****l, pero he querido este durante tanto tiempo que me siento nerviosa – Yo, esto lo hago por mi y no por la persona que va a verlo – no es mentira – ¿entonces hoy vas a tener visitas en casa? – niego – ya dime quien es – me insta – No es nadie, solo necesito ropa nueva – n le digo, se da por vencida y trata de ayudarme a escoger. Ya me había aburrido de dar vueltas sin sentido y estaba dispuesta a irme sin comprar nada cuando lo veo, un conjunto n***o y rojo, es una liga entre satín y encaje que quedaría perfecto en mi cuerpo e incluso tiene unos lazos preciosos en el frente del sostén y la parte trasera de las bragas – ¿me vas a decir que eso es solo porque necesitas ropa nueva? – asiento - ¿vas a tener sexo con el maestro? – me conoce suficiente, así que llegar a esa conclusión le llevo incluso mas de lo que pensé que le tomaría – Si – le digo al fin – pero nadie puede saberlo – le informo, ella no se lo va a decir a nadie. Pero nunca está de más decirle – esa fue su condición – Acabo de borrarlo de mi cabeza – hace una seña muy cómica con sus manos frente a su cabeza, luego se acerca a mi – pero igual me tienes que contar, déjame vivir a través de ti – me rio, siempre me da gracia cuando dice esas cosas – Es un trato – le confirmo, con eso va a estar tranquila. Llego a mi casa, esta todo en silencio, n siquiera veo a mi gato por ningún sitio, voy directo a mi habitación y busco en mi armario un vestido con el cual no se vea la ropa interior que escogí, encuentro uno n***o, es bastante holgado así que va a cumplir con lo que necesito. Me baño y cuando estoy lista lo llamo por teléfono, se demora bastante en responder. – ¿sí? – me responde con un tono frio que nunca había escuchado de el – ¿cambiaste de opinión o aún estoy invitada a tu casa? – le pregunto, hay un silencio prolongado en su lado de la línea – Trae tu culo aquí ahora – parece un hombre diferente del que me da clases en la universidad, incluso su vocabulario es bastante diferente. – Envíame tu dirección porque ser adivina no es una de mis cualidades – me cuelga el teléfono y un par de minutos después me llega un mensaje con su dirección, salgo de casa de manera inmediata, paro un taxi en la esquina y le doy la dichosa dirección, me sorprendo al llegar. Su casa es un chalé apartado y rodeado de árboles, nada que pueda costearse con su salario, después de pagar el taxi, me acerco a la puerta y antes de que pueda llamar el sale, me toma de la mano y me mete dentro - ¿estamos escondiéndonos de alguien? – le pregunto sorprendida, el me besa y me empuja contra la pared – Para nada Yuliana, pero necesito tenerte ahora – me dice con necesidad en tu vos - ¿tienes algún problema con eso? – niego, lo miro con deseo y trago con dificultad – ahora te voy a follar duro y de forma desesperada, pero no te preocupes, es solo el comienzo – definitivamente este no es el hombre comedido que conozco, me voltea, no se toma siquiera el tiempo de quitarme la ropa que tengo puesta, solo las bragas, me besa el cuello y se pega para que sienta su erección, ya estoy mojada así que no me molesta que sea tan brisco, pero si estoy sorprendida. Saca su pene y sin pensarlo ni siquiera por un instante se introduce en mi interior, también sin esperar me comienza a embestir, tengo que apoyar mis manos fuertes contra la pared para resistir su manera de empujar en mi cuerpo, de una forma loca esto me encanta, estoy gritando casi de inmediato – esto es justo lo que necesitaba – dice en mi oído – escúchame mientras sientes – asiento, no puedo hacer nada mas en este momento – a partir de ahora no tienes permitido follar con nadie mas que no sea yo, si tienes deseos dímelo y yo me encargare de ello – que sea así de posesivo solo hace que quiera gritar mas fuerte, a pesar de que mi cerebro no está resepcionando ni la mitad de sus palabras – no quiero siquiera que flirtees con nadie – no le doy respuesta esta vez, me toma del cuello desde atrás y tira de forma ligera para que mi cabeza se incline en mi dirección - ¿te queda claro? – asiento solo porque sí, me está volviendo loca ahora mismo – no me gustan las relaciones de un día – Tú y yo no tenemos una relación – lo corrijo, eso sí quiero dejarlo claro – Por supuesto que si – me dice serio y acelera el ritmo – a pesar de que sea solo s****l, esto también es una relación – si lo analizo desde ese punto de vista, tiene la razón – y como tal, no pienso que debamos dejarlo en un solo día y que quede inconclusa, hasta que ambos nos sintamos saciados del otro, mantengámonos teniendo encuentros sexuales – asiento desesperada, si cada vez va a ser así siento que no me cansare nunca de ello.
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