3. Dale más duro a las matemáticas

1398 Palabras
Riley se levantó la falda y se mordió los labios mientras miraba seductoramente a Matt, el nuevo profesor de matemáticas. Le había echado el ojo desde que comenzó a dar clases, hacía unas dos semanas. Los ojos de Matt se detuvieron en su dirección. Tragó saliva cuando vio su coño, rosado y desnudo, abierto ante él. Ella le guiñó un ojo y él se aclaró la garganta. Sus pantalones se tensaron y su polla se puso dura. Sabía que ella lo deseaba. Las indirectas que le había lanzado en las últimas semanas no le habían pasado desapercibidas. Se había dado cuenta de que se levantaba los pechos y se subía la falda cuando él estaba cerca. Matt intentó mantenerse alejado de ella e ignorar sus seducciones, pero Riley no se lo estaba poniendo fácil. Cuando ella se sentó en la primera fila con una sonrisa de satisfacción en la cara, Matt supo que no estaba tramando nada bueno. Intentó volver a la clase, pero le resultó difícil. La imagen de su coño rosado y jugoso ardía en su mente mientras miraba el libro de texto. "¿Dónde estaba?" murmuró en voz baja. Riley lo vio batallar durante la clase y supo que su plan estaba funcionando. Se excitaba solo con verlo enseñar. Lo deseaba con todas sus fuerzas. Sus ojos volvieron a encontrarse con los de ella y, mientras mantenía el contacto visual, se metió los dedos en la boca y luego los sumergió en su húmedo coño. Matt golpeó con fuerza la mesa y los alumnos le miraron asombrados. Este los miró fijamente y se aclaró la garganta. "Lo siento. He visto una cucaracha" dijo. Riley añadió otro dedo a su coño empapado y gimió, manteniendo el contacto visual con él mientras sus dedos exploraban. Se mordió los labios para no gemir en voz alta, mientras sus dedos iban más rápido. Matt sintió que los pantalones le apretaban más y más y supo que ya no podría aguantar. Matt se volvió hacia la pizarra e inhaló profundamente. Los pantalones empezaban a resultarle incómodos a medida que su polla se tensaba, deseando liberarse. Se le había puesto dura y palpitaba dolorosamente. Necesitaba liberarse, y lo necesitaba cuanto antes. Maldita Riley por excitarlo durante una clase. "Eso es todo por hoy". Tomó su libro de texto y la miró fijamente. "Riley Martins, te espero en mi despacho". Matt se paseó por su despacho con una mano en los pantalones, frotándose la polla. ¿Dónde demonios estaba? Sentía que iba a explotar si no se corría pronto. Alguien llamó a la puerta y él abrió rápidamente. "¿Me has llamado?" dijo ella inocentemente. "Pasa" dijo él. Matt cerró la puerta tras ella y se quedó mirándola. Su mano masajeaba su polla a través de los vaqueros. Los ojos de Riley estaban clavados en la escena. Ella se mordió los labios y se encontró con su mirada. "Fuiste muy traviesa hace un rato". Caminó hacia ella y la empujó contra la pared. "¿Lo fui?" Él le acarició la cara con la mano y se lamió los labios. "¿Cómo debo castigarte?" le preguntó. "Fóllame" susurró ella. Matt se inclinó y unió sus labios a los de ella. Gimió con fuerza y la llevó hasta la mesa, quitando los libros y la lámpara que estaban encima para que se pusiera cómoda. Dejó de besarla y le quitó la blusa. Tenía unos pechos enormes que se le salían por encima del sujetador. Matt se lamió los labios con lujuria y ella se quedó mirándolos. Él tomó un pezón, lo chupó y frotó el otro con el pulgar y el índice. Su lengua se arremolinaba alrededor de la areola mientras la mordía suavemente. Riley gimió con fuerza, disfrutando de la sensación de sus labios sobre sus pechos. Matt prestó la misma atención al otro pezón y lo chupó con más fuerza hasta que se puso rojo y regordete. La besó y se desabrochó la camisa. Las manos de ella recorrieron sus anchos hombros gimiendo. Sus manos buscaron la bragueta y fácilmente le desabrocharon el cinturón. Matt interrumpió el beso y le quitó el cinto. Sonrió y la miró fijamente. "Date la vuelta" le ordenó. Ella hizo lo que él le indicó y esperó el impacto. Le levantó la falda y le azotó el culo. Le encantaba cómo rebotaba. Le acarició las nalgas con las manos y volvió a azotarla. Ella gimió con fuerza y se mojó aún más. "Esto es por seducirme durante las dos últimas semanas". La golpeó con el cinturón. Riley gruñó de dolor al tiempo que su excitación goteaba por sus piernas. Él le metió un dedo y sintió lo mojada que estaba. "Mira lo mojada que estás para mí". Le metió los dedos en la boca y ella los lamió. Él gimió y la giró hacia él. La besó y saboreó su excitación. "Sabroso". ¿Qué tal si voy a la fuente? Matt le tomó los pechos y se los acarició mientras se la chupaba. Su coño goteó con su excitación y él pegó su lengua a su clítoris. "Mierda" gimió ella. Le introdujo dos dedos mientras su lengua acariciaba su clítoris. "Más fuerte". Le agarró la cabeza y le apretó el coño contra la boca. Matt captó su indirecta y le metió la lengua en el coño. Lo chupó mientras su pulgar acariciaba su clítoris. Riley gimió de éxtasis al sentir que le llegaba el orgasmo. Matt introdujo otro dedo mientras sorbía su humedad con el pulgar acariciando su clítoris. Sus labios se cerraron sobre su boca y él supo que estaba a punto de correrse. Él se puso de pie y la volteó de espaldas a él. Se quitó los pantalones y su polla se liberó; metió la mano en su coño para hacerse con un poco de su humedad y se la frotó en la polla. Se la introdujo lentamente y gimió. Sus labios se aferraron a su polla, húmeda y caliente. Se la sacó y se la volvió a meter. "¡Más fuerte!", gimió ella y se mordió los labios. Matt la sujetaba del cabello mientras la penetraba más a fondo y con más fuerza, tal como ella deseaba. Su mano le acariciaba los pechos y le pellizcaba un pezón a medida que se la follaba. Matt sintió que se aproximaba su orgasmo y gimió con fuerza. "Córrete para mí", le dijo, y ella lo hizo. Sus ojos se desorbitaron al llegar al orgasmo. Matt gruñó y se estremeció cuando se corrió, disparando su carga caliente dentro de ella. Jadeó y la sujetó por los hombros, aún dentro de ella. Sacó la polla de su cálido coño y volteó a Riley hacia él. Le sujetó la cabeza y la miró fijamente. "Chupa", le ordenó. Riley asintió y le tomó la polla con la mano, la cual brillaba con su semen, y se la metió en la boca. Matt cerró los ojos de placer mientras ella se la chupaba. Le sujetó la cabeza y le metió toda la polla en la boca. Ella sonrió al ver lo impresionado que estaba por sus arcadas. Las babas le rodaban por la barbilla mientras engullía. "Mierda, sí", gimió él. Su boca caliente y húmeda sobre su polla palpitante fue suficiente para que se corriera otra vez. Ella sabía que estaba a punto de correrse y se la chupó con más fuerza. Él cerró los ojos y gruñó al eyacular. La vio tragárselo todo; tomó el esperma que tenía en la mejilla y se lo metió en la boca. Matt la ayudó a levantarse y le dio una palmada en el culo. "Chica traviesa." Sonrió. Ella se ajustó la falda y se volvió a meter las tetas en el sujetador. Se puso el top y le sonrió. Matt se subió los pantalones y se puso la camiseta. Ella lo observó. "Ha sido divertido", dijo ella. "Estoy de acuerdo". Se abrochó el cinturón con una sonrisa. Ella le contempló colocar los libros de nuevo sobre la mesa y volver a poner la lámpara en el lugar que le correspondía. Matt hizo una pausa al pensar en algo. "Tomas la píldora, ¿verdad?", le preguntó. La vio tomar su bolso con una sonrisa burlona. Ella se volvió hacia él y sonrió. "No, no la tomo". Abrió la puerta. Él la miró sorprendido. "Hasta la próxima clase, profesor".
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