Cuadragésimo tercero

1333 Palabras

Nunca estuve en calma. A diferencia de todos ellos y tal vez a diferencia de gran parte de la población Blackblood, jamás he disfrutado de dicha sensación.  Desde pequeña “la calma” para mi no era más que  una pérdida de tiempo. Mientras otros permanecían sentados, yo siempre fui la niña que no podía quedarse quieta ni un segundo y mi futuro no era muy distinto a aquello.   Caminé por los pasillos de la escuela mientras pensaba una y otra vez en aquel encuentro que tuve con el hijo de Robert. Tal vez aquel tonto discurso que me había dado tenia una cierta verdad, sobre todo el hecho de que hacer lo que estaba haciendo era más importante de lo que creía. Mi sola presencia en esa clase cambiaba algo,  y ahora aquello era un incentivo más para mi. Un solo individuo no puede pelear una guerra

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