Declan
Tan pronto como estamos dentro de mi habitación, devoro la boca de Jazmín. Ella gime y comienza a rasgar mi ropa.
No puedo desnudarla lo suficientemente rápido. Beso, chupo y mordisqueo sus pechos, lamiendo sus pezones endurecidos con mi lengua. se arquea contra mí como si hubiera estado esperando esto todo el día, al igual que yo, luego la tiro hacia atrás sobre la cama, encima de ella. besándola profundamente, acaricio la suave piel de la parte interna de sus muslos, provocándola a medida que me acerco al hermoso lugar entre ellos, haciendo todo lo posible por derretirla hasta convertirse en un desastre dócil.
Cuando sus suspiros se vuelven temblorosos, le abro las piernas, dejándola en plena exhibición. Mojada y lista…preciosa. Me tomo un momento para admirar la vista antes de empujar sus rodillas hacia su pecho.
Presiono mis caderas hacia adelante y dejo escapar un gemido roto mientras presiono la cabeza de mi polla contra su calor apretado y resbaladizo. Mierda, espero no acostumbrarme nunca a la sensación de follar a pelo… Jazmín me ha malcriado para los condones. Responde con un rugido gutural y cadencioso, curvando los dedos de sus pies. Me hundo más profundamente, amando cada nueva sensación.
Por fin, la parte posterior de sus muslos toca mi estómago y estoy entrando hasta la empuñadura. Con cada embestida, se arquea para recibirme, sus labios pintados de rojo se abren en éxtasis, y nunca he visto nada tan excitante en mi vida. Sus gemidos sensuales me golpean como whisky. Me encantan los ruidos embriagadores y desesperados que hace cuando le acaricio el clítoris. Bebo cada deliciosito estremecimiento de su susceptible cuerpo.
—Eso es— digo, salpicando su cuello de besos, y mordiscos. —Déjame oír tu voz. Dime lo bien que te sientes—
Ella gime un sonido sin forma que podría ser “mas”
Obedezco y empujo mis caderas con más fuerza, dándole todo lo que tengo. Ella gime, más fuerte esta vez, y me araña la espalda con sus uñas. El ligero dolor solo aumenta mis placer por contraste. Jazmín debajo de mí, a mi alrededor, es la mejor parte de esta semana. Solo verla tan apasionadamente desquiciada, nuestras respiraciones jadeantes y mezclándose. Mi sangre esta tan caliente por ella, esta mujer que se metió en la cama ayer tan tranquila y resignada, pero que ahora es completamente imprudente con el deseo.
—Eres tan sexy así— le gruño al oído. —Tan…buena— No puedo resistir la tentación de hacerle un chupetón en esa piel suave y tierna de su cuello. Dios, se siente tan increíble que casi duele, los músculos de su coño revoloteando alrededor de mi polla, atrayéndome más profundamente, y luego, oh, mierda, me aprieta con fuerza, ondas rítmicas y he pasado el punto de no retorno. Un gemido irregular surge de lo profundo de mi pecho. Me entierro aún más profundamente mientras me sumerjo de cabeza tras ella hasta el orgasmo.
Todavía jadeando, me retiro y veo la evidencia de nuestro acto s****l en su piel rosada. Es lo más caliente que he visto en mi vida. mi pecho se llena de orgullo animal. Mi semilla en mi mujer. Me gusta demasiado ese pensamiento, y estoy demasiado perdido en la lujuria como para alejarlo.
Verla, los sonidos que hace, como se siente, es como una fiebre que me envuelve. Visceral, irresistible. Necesito hacer que se corra de nuevo… que se corra tan fuerte, muchas veces, nadie más será lo suficientemente bueno para ella.
Me levanta y me besa con avidez. Una luz primitiva destella en sus ojos entrecerrados. Puedo decir que no necesita un momento de descanso y, afortunadamente, yo tampoco. Nuestros cuerpos exigen más el uno del otro, más placer, más sudor y más de mi semen. Y se lo doy.
Los orgasmos de Jazmín siempre parecen abrumarla. Sus ojos se cierran, luego se abren de golpe, y jadea. “¡Wow!” “¡Santo cielo!” o “¡Dios mío!”, como si estuviera sorprendida por lo bien que se siente. Como si no supiera que el sexo pudiera ser tan placentero. Como si nuestros encuentros fueran una experiencia religiosa de tanto invocar a Dios y al cielo. ¿Qué clase de amantes de mierda ha soportado? Casi estoy enojado con cada hombre que la ha tocado, no porque se corrieron antes que yo, sino porque claramente no le dieron lo que merecía. Es un crimen que una mujer tan increíble haya sido privada de un buen sexo durante tanto tiempo.
Así que, cada que se corre, lo tomo como un reto personal empujarla a más orgasmos, a mayores cotas de placer.
Cuando nuestra pasión finalmente se calma, aprovecho la oportunidad para estrecharla entre mis brazos. Ahora se ve cálida y confusa, suavizada por el resplandor. Me da la impresión de ser una mujer que no suele permitirse bajar el ritmo, y mucho menos detenerse y ser perezosa y contenida. Algo más que tenemos en común. Me ofrece una media sonrisa de satisfacción y se le devuelvo.
Luego se da la vuelta hasta el borde de la cama. —Perdón por irme tan pronto, pero…—
No puedo evitar fruncir el ceño. No quiero que se vaya corriendo de nuevo. —Hey, ¿Dónde está el fuego? — pregunto, incorporándome.
—Tengo que conducir a casa, pensar en la cena y dormir para poder funcionar en el trabajo mañana— Se inclina para recoger su sostén y empieza a ponérselo.
Apoyo su mano en su hombro aún desnudo. —Dormir está sobrevalorado, y tengo comida aquí. O podríamos caminar a mi cafetería favorita y pido el desayuno para la cena—
Se me forma una piedra en el estómago durante los momentos de silencio que siguen a mi sugerencia.
Ella lo considera, apretando los labios en una línea. —Los panqueques en realidad suenan bastante tentadores. Probablemente no haya nada bueno en mi refrigerador de todos modos—
—Entonces panqueques serán—
Me complace conseguir lo que técnicamente es una tercera cita. disfruto hablando con Jazmín tanto como disfruto intentando dejarla embarazada. Y comer juntos y hacer otras cosas además de follar. Puede sonar extraño, pero no he conocido a una mujer cuya compañía realmente disfruto fuera del dormitorio en mucho tiempo. Así que es mejor saborearla mientras dure.
Después de vestimos, caminamos por la calle unas cuadras hasta el café. De pues de haber pedido, me inclino hacia ella sobre la mesa pequeña.
—Entonces, ¿Qué tal el trabajo hoy? — Entonces, recuerdo y niego con la cabeza. —Espera no importa, dijiste que no te gusta hablar de trabajo. ¿De qué te gustaría hablar? —
Lo considera por un momento. —Dime… ¿Qué te gusta hacer para divertirte? —
—Lo que estamos haciendo ahora es bastante divertido. Es como mi cosa número uno para divertirme, la verdad— Mi sonrisa se convierte en una mueca burlona.
Me mira con una ligera exasperación. —Me refería a algo más que ver mujeres—
—Normalmente el trabajo me ocupa todo el tiempo, pero de vez en cuando consigo escaparme de la ciudad e ir de camping o de senderismo—
Parpadea. —¿Eres amante de la naturaleza? —
—Oh, si, mucho— levanto una ceja en broma.
—¿Por qué suenas tan sorprendida? —
—Lo admito, es un poco difícil de imaginarte con botas de montaña y pantalones cortos de lona. Nunca te he visto con nada que no sea un atuendo informal de negocios—
—En realidad, me has visto en mucho menos—
Se ríe. —Sabes que me refería a otras cosas además de desnudo. Entonces, ¿Cómo te metiste en eso? No es exactamente el pasatiempo más fácil para un chico de ciudad—
—Ya no tengo tiempo para salir a menudo, pero si, el aire libre es un gran alivio para mi—
No debí haber podido oculta la decepción en mi voz. Hay algo en Jazmín que hace que sea fácil compartir demasiado… pero no debería ceder al impulso. Se supone que esto es una aventura alegre, y hablar de las decepciones de la infancia es todo lo contrario a la diversión.
Me inclino hacia atrás y fuerzo un tono informal. —Aunque tuve que estudiar negocios en la universidad para poder hacerme cargo cuando papá se jubilara, tomé tantas clases en cosas como barranquismo y ecología, que terminé declarando una segunda especialización en turismo al aire libre. Así que, si alguna vez quieres saber la mejor manera de caerse de una montaña o que plantas puedes comer si te pierdes en el bosque, entonces soy tu hombre— Me río, pero sale a medias, y supongo que es hora de cambiar de tema.
—Ya que estamos hablando de historia antigua… ¿Cómo llegaste a ser…tan ratón de biblioteca—
—¿La infancia es historia antigua? Hey ¿Qué insinúas sobre mi edad? — sonríe para dejarme saber que solo está bromeando y que en realidad no se siente insultada. —No lo sé. Siempre me ha encantado leer. Cuando mi papá…—
Se detiene con la boca aún abierta, la cierra y continúa. —Mi mamá siempre trabajaba y yo era hija única, así que los libros me hacían compañía. La típica niña que se quedaba sola con la llave—
Me abstengo de profundizar en ese lapsus freudiano, ya que claramente no quiere compartir. Yo, de entre todas las personas, puedo entender que el padre de alguien sea un tema delicado. Además, se supone que no debería importarme en primer lugar. Se supone que no debería querer acercarme; quiero decir, no quiero. Es solo simple curiosidad. Eso es absolutamente todo.
Pero hay algo más que no puedo evitar preguntar.
—¿Hablando de tu madre, te llamo cuando nos conocimos? —
—Oh, Dios, no me lo recuerdes— Jazmín se ríe en lugar de gemir, aunque claramente ya no es un recuerdo tan horrible.
—Lo siento—— digo con una risita. En realidad, no lo siento, no por los eventos que me llevaron a sentarme aquí en este restaurante con Jazmín después de una noche de sexo salvaje. —¿Pero ella sabe de tus planes? —
Asiente con naturalidad, como si no hubiera nada inusual en ello. —Si. Su actitud es que me crió sola y Salí bien, así que cree que yo también puedo ser madre soltera—
Interesante… insinuando el Papá Quien No puede ser nombrado murió o huyo. De cualquier manera, puedo entender por qué no quiere hablar de él. —Parece una mujer genial— digo.
Jazmín se ríe. —No sé si “genial” es la palabra que yo usaría. Le gusta el crochet, las figuras de gatitos y los reality shows. ¿pero dura como una piedra? ¿Qué no se deja pisotear? Ah, y no tiene filtro en absoluto. Esa es mi madre—
Me río y casi digo que me gustaría conocerla algún día. Pero en el último segundo, me lo trago. Conocer a la familia de Jazmín ne está en nuestros planes. ¿Cómo nos presentaría siquiera? Hola mamá, este es el hombre que accedió a dejarme embarazada.
En cambio, digo: —Estoy seguro de que tiene razón. Puedes con cualquier cosa—
La sonrisa de Jazmín es apreciativa, vulnerable y demasiado hermosa. —Gracias. Eso espero—
Llegan los panqueques y los comemos con gusto, sin dejar de charlar: Nuestra conversación se prolonga hasta altas horas de la noche, y finalmente Jazmín mira la hora en su teléfono.
—Probablemente debería decir buenas noches— dice al fin con una mueca irónica. —Tengo que levantarme temprano para ir a trabajar mañana—
—Te acompañaré de vuelta a tu coche— Me levanto y le ofrezco el brazo, y ella lo toma sin dudarlo.
Paseamos juntos por las tranquilas calles de la ciudad hasta mi edificio. La sigo hasta su coche, le digo buenas noches una última vez y la veo alejarse. Luego tomo el ascensor hasta mi pent-house vacío.
Mientras camino por el pasillo, recuerdo como la presencia de Jazmín antes parecía llenar el silencio. Ella calentó este lugar.
Me desnudo y me meto a la cama. Ya hace fría, pero las sábanas todavía huelen a ella. Su sudor, su placer, su ligero perfume floral.
Miro fijamente el patrón de sombras en el techo. Sin querer, pienso que este lugar es demasiado grande para una sola persona. No es la primera vez que tengo ese pensamiento, pero por alguna razón, esta noche no puedo apartarlo como suelo hacer. Cuatro mil pies cuadrados es un poco excesivo para una persona, lo sabía cuándo compré el lugar, pero parecía apropiado para el estilo de vida que llevo. Siempre hago lo que se espera de mí, pero nunca hago lo que quiero. Una sensación de melancolía se apodera de mi mientras reflexiono sobre mi futuro, o la falta de un futuro, con Jazmín…
Entramos en esta extraña y pequeña no-relación para dejarla embarazada. Pero una vez que lo logre… voy a extrañar esta calidez, me doy cuenta. Jordan tiene razón. Normalmente no salgo con mujeres de mi edad, o tan inteligentes y con una carrera profesional, o tan descaradas y amables a partes iguales. Jazmín me estimula de muchas maneras que solo la física.
No. idiota, esto no es una cita, pienso, corrigiéndome. No estamos en esto por el romance. En realidad, ni siquiera podemos ser amigos. acordamos desde el principio que nos mantendríamos al margen de la vida del otro. En el instante que ella en que orine en un palito y vea el signo positivo que tanto anhela, se acabó.
Mi vida se trata de cumplir obligaciones, hacer lo que se espera de mí, y esto es lo que Jazmín quiere y espera de mí. Nada más. Ese solo pensamiento es suficiente para hacerme reflexionar.
Dándome vuelta, cierro los ojos. Disfruta esto mientras dure, Declan, y luego sigue adelante. Igual que haces con todo lo demás.