Capítulo VeintiséisDurante los siguientes cuatro días, después de dejar Shangri-La, el ejército escaló a través de la nieve impulsada por el viento por pendientes heladas cada vez más empinadas. A última hora de la cuarta noche, se pasó una orden de soldado a soldado, y todo el ejército se retiró y cayó por completo agotamiento. La temperatura estaba por debajo del punto de congelación, y habían estado en movimiento desde el amanecer. Sacaron las depresiones de la nieve, tratando de escapar del brutal viento que silbaba alrededor de las rocas y cantos rodados. Los animales giraron sus colas hacia el viento y se acurrucaron juntos para conservar su calor lo mejor posible.
Era una noche miserable con poco descanso, pero a la mañana siguiente, un sol brillante iluminó los montones de nieve e
