VIII

1214 Palabras

Me dolía todo el cuerpo y fue un buen recordatorio de que no estaba muerta, pues no creo que todavía en el mas allá siga sufriendo de esta manera, no podía ser tan miserable, ¿o sí? Intentaba abrir los ojos, pero la pesadez en ellos no me lo permitió. ¿Dónde estoy? La ensoñación volvió a mí y de nuevo quede inconsciente. Desperté exaltada, me senté en la cama en la que me encontraba y mire para todos lados, la habitación estaba en penumbras y poco era lo que podía distinguir. Me puse de pie para sentir el piso frio bajo las plantas de mis pies, a tontones encontré un interruptor y la clara luz de la estancia cegó mis ojos por cuestión de segundos. Cuando pude admirar la gran y majestuosa habitación en la que me encontraba, los recuerdos me golpearon como agua helada, entonces el mie

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