Cuando nos separamos, ambos nos quedamos mirando, esto esta mal, Stefan se irá y probablemente nunca volveremos a vernos. —No pude aguantarme, lo siento si te asuste —dice, yo sonrío. —Si me asustaste —digo. —Amparito — —¿Si? — Sus manos aún están en mi cintura, pero las mías ya no están en su cuello. —Me gustas —dice, mi corazón se detiene—. Y sé que tú aunque intentes negarlo sientes algo por mí —dice, ahora sí, me morí. No sé que decir. —Tu te vas —digo. —Sí, pero puedo venir a verte, no estamos lejos —dice, yo niego. —Las relaciones a distancia no funcionan — —¿Cómo sabes?, ¿por qué no intentarlo? —dice, me alejo de sus brazos y lo miro. Es precioso. —Es mejor dejarlo así —digo, Stefan suspira. —No voy a darme por vencido Amparito, me gustas desde el día en que te vi tom

