Se marcharon y me dirigí a Richards, mi mano derecha. —Sigue derecho, pero no comiences a disparar hasta que realice fuego de cobertura. Averigua qué rayos nos ha caído encima. —Sí, señor. Richards se marchó, corriendo medio agachado, y alcé la cabeza sobre la barandilla de la galera para tratar de comprender qué estaba sucediendo. —Reportaos. Todos vosotros. Habladme. ¿Qué cojones está pasando? Verifiqué mis armas mientras mi brigada se reportaba. Un transporte no autorizado acababa de realizarse. —¿Seth? La voz de mi hermano llegó desde el claro. —Un bastardo gigantesco ha caído de encima sin dar aviso. Creo que es de los nuestros, pero provocó al Enjambre y tienen seis exploradores más aquí abajo. Tengo tres hombres abajo a las tres en punto. Me asomé por la barandilla, más que

