TRISTÁN —Buen trabajo, alcalde —dice un jugador antes de salir corriendo del dugout hacia el campo. —¡No le mientas! —grita Benedict tras él, haciendo reír al resto de los chicos que se marchan—. Esa fue la peor lanzada que he visto en mi vida. Ya me has avergonzado antes, pero esta noche te superaste. Maldita sea. —Menos mal que no soy jugador entonces —murmuro. ¿Qué está haciendo ella aquí? —La próxima vez que necesites algo relacionado con el béisbol, llámame a mí o a Arthur —dice Benedict, volviéndose hacia nuestro hermano—. Demonios. Deberíamos haberte puesto a ti. Cambia esa camisa de yupi y quítate las gafas, y podrías pasar por Tristán. Sería lo bastante parecido. Al menos no me avergonzarías. Arthur se apoya contra la pared y él y Linc se enfrascan en una conversación que pr

