El viaje de vuelta a casa fue lento, tortuoso y difícil. Inclusive más que cuando vine, porque al menos allí tenía la esperanza de una nueva vida, de poder comenzar de cero. Esta vez, al contrario, volvía a mi antigua vida, a mi casa. Sin embargo, no se sentía tan bien como había pensado, por más que estuviera feliz con mi hermano aquí, y saber que iba a ver de nuevo a mi mejor amiga y a su familia, seguía con un nudo en la garganta. Cuando me bajé del bus, me recordé a mí misma la última vez que estuve aquí, herida, con el corazón roto, asustada y llena de dudas. Era increíble todo lo que podía pasar en un mes, todo lo que tu vida podía cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Tomamos un taxi hasta mi casa, sentí un poco de asosiego al ver el lugar que compartí con Devon, la últ

