—Esto no será nada fácil —suspiró la chica que entraba al salón de ensayo donde la banda tomaba un descanso. Lo había pensado mucho, tanto que incluso luego de decidir se había arrepentido de lo decidido; pero luego se armaba de valor y decidía de nuevo hacer lo que deseaba, lo que necesitaba. Es por eso que, justo en ese momento, a pesar de que las palmas le sudaban y sus nauseas iban en incremento, iba a hacer algo de lo que, quizás se arrepentiría a momentos, pero que sabía era lo mejor que podía hacer. Airam entró con una radiante sonrisa en el rostro, pidiendo al chico rubio que hablara con ella afuera y ambos salieron del salón. —¿Qué sucede? —cuestionó Nathan, intrigado por la llamada repentina y el evidente nerviosismo de la chica. —Debo decirte algo importante —explicó la ch

