TREGUA

1654 Palabras

NARRA LEYLA HAWTHORNE —Despierta, dormilona —susurraron muy cerca de mi oído. Tanto, que aquel aliento caliente me provocó una deliciosa corriente que me encrespó todos los vellos de la nuca y de los brazos, cuando chocó contra mi piel. Abrí los ojos y parpadeé, acostumbrándome a la claridad que entraba por los enormes ventanales que ofrecían una fabulosa vista panorámica de la ciudad. Me giré, para acostarme boca arriba y me encontré con el magnífico e inmaculado rostro de mi dios griego de oro. Su cabello dorado refulgía como el oro, frente a los rayos del sol que se colaban por las cortinas. Parecía un sol, alumbrando la habitación. Un sol que no llevaba camisa y mostraba sus perfectos y tan bien esculpidos pectorales, tratando de tentarme. —No traes camisa —murmuré, incorporándome

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR