¿Lo dices en serio? - pregunta con un brillo especial en sus ojos y asiento - sería genial. He estado un poco ausente estos últimos días, pero prometo compensarte. Es más, tengo una sorpresa para ti.
Lo sabía- me quejo tapando mi rostro exageradamente - me olvidé de una fecha importante, soy un desastre de novia, y tú eres tan perfecto, lo siento Dylan, en verdad no me di cuenta …
Tonta, no hay necesidad de que haya una “fecha importante” para darle un obsequio a mi novia - responde buscando entre los bolsillos de sus pantalones. Por favor que no sea un anillo. - y creo que te encantará.
La caja de Joinitys, probablemente una de las relojerías más prestigiosas del mundo, se hace presente a mi lado, y no necesito abrir el contenido para saber de lo que se trata. Dylan tiene mucha paciencia conmigo, pero no estoy segura de poder dar ese gran paso en este momento.
Inconscientemente acaricio mi reloj de la temporada 2014 color aguamarina, sé que es antiguo, pero me ha acompañado en mis mejores y peores momentos, es lo único que me recuerda a casa, a la antigua Rachel… y a él. Ese reloj fue el primer objeto que compré pensando exclusivamente en mí, no en mamá, ni en Dean, o en lo mucho que debía ahorrar para tener objetos como mis otros compañeros. Luke me ayudó a conseguir ese dinero, aunque gran parte fue mi esfuerzo.
Ver a aquel desgastado reloj me daba las fuerzas suficientes para levantarme de la cama hasta en esos días donde no quería despertar, o me animaba a continuar escribiendo con la esperanza de que algún día todo mejore, por más superficial que suene, este reloj tiene un valor muy grande para mí, y no puedo reemplazarlo de un momento a otro.
Dylan decide dar el primer paso y abre la caja dejando al descubierto el nuevo reloj. Hago esfuerzos sobrehumanos para evitar que mi mandíbula caiga al suelo, incluso, me atrevería a decir que huele a persona rica. No salgo de mi asombro y, en parte lo agradezco, sé que Dylan tuvo la mejor de las intenciones con este regalo, pero es demasiado.
Dylan…
Mereces sólo lo mejor del mundo Rachel, desde que te conocí llevas puesto ese reloj y han pasado muchos años cariño, imagino el valor sentimental que debe tener para ti, pero puedes ir usándolo cada vez menos - saca de la caja el nuevo obsequio - es lo último en tecnología, incluso podrás revisar tus mensajes de texto, absolutamente todo.
Es muy hermoso detalle Dylan, pero debió costar mucho - respondo avergonzada de que gastara tanto dinero en mí, en un regalo que ni siquiera aprecio por vivir del pasado.
Bueno, por algo gano un buen sueldo ¿no lo crees? Vamos Rach, no seas modesta y póntelo - me anima.
Tiene razón, se ve muy bien y creo que este reloj es más inteligente que yo, cuántas funciones en un solo artefacto. Es hora de dejar el pasado atrás, Rachel, has vivido tranquila dentro de lo posible durante todos estos años ¿por qué de pronto te importa tanto Luke? Él ni siquiera debe recordarte, ahora mismo debe de estar bebiendo y drogándose, en una gran fiesta, rodeado de chicas.
No merece tus pensamientos, ni tus angustias, Luke no merece nada tuyo. En cambio Dylan sí. Mira lo mucho que se esfuerza en hacerte feliz.
El vino parece que cumplió su labor, no soy de las personas que tienen la costumbre de beber, por lo que el alcohol llega mucho más deprisa a mi organismo, empieza a remover mis pensamientos, corrección: me pone caliente. Beso a mi novio con mayor intensidad sorprendiéndolo, pero decide seguirme el juego, y entre risas y toqueteos llegamos a mi habitación. Hace tantas semanas que Dylan y yo no tenemos sexo, que, basta con unos besos en el cuello para tenerme en donde desee. Acaricia mi espalda delicadamente y lo detengo.
Por favor, tócame - le pido susurrando - yo también te haré sentir bien.
¿Estás segura? ¿No quieres primero...?
Por favor - insisto abriendo mis piernas y apagando la luz.
Sabes que no me incomoda tener la luz encendida, cariño - susurra antes de tocar mi zona más sensible, robándome un gemido fuerte.
Apagada - pido y abro más las piernas - por favor, un poco más.
Sus dedos giran de manera circular alrededor de mi clítoris un poco lento para mi gusto, pero cualquier tocamiento estaba perfecto, en verdad lo necesitaba, lo ayudo moviendo mis caderas logrando obtener el ritmo que me gusta, mis gemidos son cada vez más fuertes y no me importa si alguien logra escucharme, sólo necesito liberarme…
Sólo un poco más Dylan - pido gimiendo - estoy muy cerca…
Y otra vez, el maldito celular debía interrumpir el momento. Cada vez que Tyler, su nuevo jefe llama, deja todo lo que esté haciendo sin importar el día o la hora, como ahora, que después de susurrar un “lo siento”, coge su teléfono y se dirige a la sala a atender la llamada.
Suspiro frustrada.
Sé que es su trabajo, y todos debemos hacer sacrificios, pero ¿por qué a esta hora? O precisamente en este momento. Sé que no es su culpa, sin embargo, no puedo evitar sentirme enojada, y no es del todo responsabilidad suya.
Acaricio la gran cicatriz que tengo en la parte derecha de mi vulva… Es horripilante, no lo juzgaría si le diera asco agarrar algo así, o en general a alguien como a mí… Resignada vuelvo a colocar mi ropa interior y me siento en la cama con la laptop encendida, es cuestión de minutos para que aparezca disculpándose con la excusa de tener que arreglar algún tema de la oficina, por lo que mejor debería aprovechar el tiempo en escribir.
Prometí presentar algo increíble. Y debo cumplir.
Dylan ingresa a la habitación otra vez con una expresión de confusión en su rostro.
Pensé que tú y yo…
¿Problemas en la oficina? - Interrumpo cambiando de tema.
Sólo unas correcciones que puedo hacer mañana, Tyler debe de respetar mi horario fuera de la oficina, en especial si mi novia me pide que la toque - susurra intentando acercarse a mí, pero lo esquivo - ¿Rach?
Es mejor que te vayas, Dylan - respondo sin quitar la mirada de mi pantalla - debo presentar un escrito mañana y ya me avisaron por décima vez en la semana que estoy cada vez peor.
Cariño, te juro que no fue por la cicatriz…
Por favor, vete Dylan - le vuelvo a pedir - mejor ten listas tus correcciones antes de que surja otro problema en alguna otra noche.
Lo siento - murmura antes de salir del apartamento.
Cualquiera pensaría en que Dylan tiene otra mujer, y por eso existen incidentes como el de hoy, pero sé que no es así, sólo es un chico que se preocupa por su futuro, en especial cuando su carrera va en ascenso, a diferencia de la mía, que está en caída libre. Así como también sé que exageré esta noche, tan solo hay cosas que no me permiten ser la misma de antes.
Suficiente es el utilizar este maldito audífono en el oído derecho para poder escuchar como una persona normal, como para que la vida me vuelva a castigar y dos años atrás me diagnosticaron un carcinoma de células basales en el monte de venus, dejándome como consecuencia de aquella batalla una gran y vistosa cicatriz.
Odio quejarme de aquello, muchas personas mueren diariamente por el cáncer, y luchan por su vida con todo lo que tengan a la mano, así tengan mucho por perder, sin embargo, esa cicatriz domina mi vida, y me vuelve cada vez más insegura.
Primero Ryallville, mi familia, Luke, la expropiación de mi identidad, el maldito audífono, y ahora la cicatriz. La lista de razones por las que Rachel Stone es una hija de puta que cuestiona absolutamente todo lo que hace y siente que nunca es suficiente.
Son aproximadamente las cuatro de la mañana cuando sigo frente a mi laptop con los párrafos que tenía escritos días antes, ni siquiera una palabra nueva he añadido. Soy un maldito fracaso, ahora no se trata de presentar un escrito “que no esté a la altura” sino que prometí algo bueno… y no tengo nada para presentar.
El beep de mi celular me desconcentra unos segundos, seguramente es Dylan desocupado intentando amistarse conmigo.
X: ¿No te han dicho que dormir mal te deja ojeras? Y dudo que sean por una noche llena de sexo…
X: ¿Acaso él te complace siquiera la mitad de lo que podía hacerlo yo, Ray Ray?
Mi teléfono cae al suelo tras leer los mensajes… La única persona que me dice Ray Ray es Luke. Es imposible, después de tantos años, es decir, nunca cambié mi número de teléfono, pero jamás pensé que se atrevería a escribir, y mucho menos que él también tenga su mismo número.
X: ¿No me vas a responder? ¿Tienes miedo de despertar a Romeo?
R: Entre Dylan y yo existe algo llamado confianza, sabe que lo amo y él a mí, es hora de que sigas tu vida, Luke.
L: Dylan siempre fue un maldito perfeccionista, apuesto a que tiene algún trabajo pretencioso que le quita todo su tiempo, y ahora mismo estás sola, caliente y con una gran acumulación de trabajo. Él podrá ser todo lo perfecto que desees, pero yo nunca dejaría a mi chica sin su orgasmo.
R: Basta, Luke.
L: ¿Por qué? ¿Te estás excitando?
R: Sigues siendo el mismo idiota de siempre…
L: Y tú definitivamente eres de otro mundo, han pasado seis años desde que te conozco, ¿seguirás sin decirme de qué planeta eres, Ray Ray?
Dios, mi corazón… Estoy al borde de un colapso nervioso.
R: En serio Luke, deja el pasado en donde está, nuestro tiempo ya pasó.
L: Si nuestro tiempo ya pasó entonces explícame ¿por qué aún conservas ese reloj? ¿Por qué tu alarma es Killer Queen? ¿Por qué todavía guardas el collar de Saturno? Dime Rachel ¿por qué no sales de mi cabeza? Porque aún pienso en ti. Cada momento de mi existencia das vueltas por mi mente…
R: Es suficiente Luke, no sé de dónde sacas tantas tonterías, pero no quiero tener problemas con Dylan por esto, por una vez en tu vida piensa en los demás antes que en ti mismo y tus caprichos. Voy a bloquear tu número.
L: Eres libre de hacer lo que desees, Ray, pero antes ten, odiaría que no entregues nada… nunca lo publiqué, es todo tuyo… como yo.
Luke envió un archivo.
¿Qué clase de broma es esta? Es imposible que Luke esté al pendiente de mi vida, sabe demasiadas cosas sobre mi rutina, sobre Dylan… Esto no puede ocurrir. Descargo el archivo mientras espero con nerviosismo a que mi teléfono me permite abrirlo. Es un escrito, la gramática, sincronía… resulta tan placentero de leer. Quizá no es la mejor historia del mundo, pero la escribimos juntos. Parece ser la salvación a mi problema, pero algo que aprendí de la vida adulta es que nada se soluciona tan fácil.
Utilizar lo que Luke me envió, así no esté publicado o registrado oficialmente a su nombre podría ser considerado como plagio, estaría mal en todo sentido, soy una escritora medianamente reconocida, es inaceptable que esté siquiera considerando la idea de enviar este manuscrito.
Tú ayudaste a escribirlo, Rachel, es creación de ambos. Pero no puedo darle créditos, al menos no sin ser considerada un fracaso nuevamente. Además, apenas teníamos dieciséis años cuando creamos Conexión Espacial, un patético intento de historia poética en la que Luke y yo escribíamos lo solos que nos sentíamos hasta que el destino nos hizo coincidir.
Cuenta que un chico en la Tierra aparentaba ser como los demás con el fin de ser aceptado, aunque por dentro tenía el alma hecha pedazos, hasta que paseando por el campo encontró a una chica de un planeta desconocido, muy distintos por donde se les viera, pero sus corazones encajaban a la perfección. Ambos estaban a punto de rendirse hasta que se encontraron.
Por ser diferentes, cuando la gente del pueblo descubrió su “romance” fueron criticados, y finalmente deciden huir, hacia aquella galaxia desconocida, con el único objetivo de ser felices. Les había costado mucho hallarse y sanar, como para permitir que los demás arruinaran su nuevo mundo de alegría.
Lo sé, patético, pero éramos jóvenes y estábamos locamente enamorados. Tal vez pueda modificar algunas partes, arreglarlo en las pocas horas que me quedan y presentarlo. Puede que a Stevens le guste, y si no, pues que se joda.
Apago mi alarma con rapidez antes de apagar mi laptop y terminar mi quinta taza de café. No he dormido en toda la noche, será un día interminable, ni siquiera toda la cafeína que ha ingerido mi cuerpo parece poder ayudarme a sobrevivir. No tengo tiempo de ducharme, busco algunas prendas en mi armario y me preparo para correr hacia las clases.