Querido Roman.

Capítulo 3

Juliet:

Tres semanas después.

Había pasado tres semanas en las que dejé de ver a Roman, ya nada era lo mismo, ya nada fue lo mismo sin él.

Creí que podría manejarlo pero me equivoqué demasiado en querer superarlo, era la primera vez en mi vida que alguien me había enseñado que detrás de las cosas simples hay belleza, Roman me enseñó a quererme, a amar la vida y la belleza de lo más mínimo, me sentí tan bien, tan amada por primera vez, pero todo me duró tan poco.

Siempre fui una niña que lo tuvo todo, mis padres me daban todo lo que pedía para compensar su ausencia, así fui creciendo hasta volverme una chica un tanto caprichosa, creía que el mundo giraba al mi alrededor y que todos debían hacer lo que yo quisiera, todo fue así hasta que conocí a Roman.

Al principio si pensaba divertirme con el, pero todo cambió después de tomar ese bendito café, me di cuenta de lo hermoso que es tanto por fuera cómo por dentro, esa sonrisa encantadora, sus ojos claros y ese sentido del humor que me encantaba, desde ese día deseche todo lo que iba a hacer con el, porque me había enamorado de Roman. Mis padres jamás se enteraban de mi vida o lo que hacía con ella, pero de la nada supieron que estaba con él, pero todo empeoró al saber que el era becado, se indignaron demasiado que me obligaron a terminar con el, ya que sería una total vergüenza de que su princesa estuviese con un chico como el.

Mi mundo con el se desmoronó poco a poco a medida que pasaban los días, intenté alejarlo de mi pero no podía, lo amaba tanto que no quería separarme de el, pero el poder que tiene mi padre es mayor a lo que siento. Me amenazó con encerrar al padre de Roman si no terminaba con el, me dijo que lo dejaría en la calle y que haría que Roman perdiera la beca que había obtenido con tanto esfuerzo, así que no me quedó de otra que herirlo para que se alejara de mi y así sucedió. Con todo el dolor de mi alma, lo traté como basura y lo humille, verlo llorar en ese momento me estaba partiendo el alma en mil pedazos, verlo recoger todas esas cositas que me regaló cuando estábamos juntos, fue desgarrador, pero debía hacerlo, por el y su familia.

Pensé que todo se quedaría ahí, pero no fue así, mi padre se encargó de esparcir el rumor entre los estudiantes y así empezaron a acosarlo y decirle cosas feas, dañaron su casillero y luego su motocicleta, no pude hacer nada más que observarlo desde lejos y ver como cada día se desvanecía.

Hace ya una semana que no lo veo, me parece extraño que no lo haya visto, siempre trato de buscarlo en la cafetería pero el mismo me había evitado, supongo que me lo merezco.

Hoy iría a la universidad, pero mi estómago estaba dispuesto a dejarme en casa ya que no he parado de vomitar. Me recargue del lavamanos y me limpié la boca ya que sentía demasiado asco.

—Otra vez no —suspire pesadamente ya que llevaba días así.

Salí del baño y terminé de arreglarme para bajar a desayunar, ahí estaban mis padres, como siempre metidos en su mundo.

—Buenos días —me senté frente a mi mamá.

—Por Dios Juliet, estas pálida —mamá me miro con desagrado.

—Estoy mal del estómago, ayer comí algo en la cafetería que me cayó mal.

Solo dejó de mirarme, desde que tengo uso de memoria, ella jamás se ha preocupado por mi, al igual que papá, siempre peleaban por todo y a mi me dejaban de lado, siendo completamente ignorada e inexistente para ellos.

Después de desayunar tomé mis cosas y subí a mi auto para irme a la universidad, a pesar de tener padres con dinero, pude ingresar a la universidad por méritos propios ya que siempre soñé con estudiar administración y llevar la empresa de papá, me esforcé por ser la mejor de mi clase y pude lograrlo a pesar de que apenas es mi primer año.

Ya llegando a la universidad estacione mi auto y baje, busqué con la mirada la motocicleta de Roman pero hoy tampoco estaba ¿Será que esta enfermo? No quería pensar nada malo, pero estaba preocupada por el.

Entré a la universidad y a lo lejos vi a mi mejor amiga Shayla, ella y yo estudiamos la misma carrera con la única diferencia es que su padre se lo exigió.

—Mírate Juliet, estás pálida, pareces un papel.

—No me he sentido bien hoy —solté un suspiro—, me levanté con muchas náuseas, lo que comí ayer me cayó muy mal.

Abrí el casillero y saque algunos libros.

—Juliet amiga ¿tu te cuidaste? —la mire de inmediato— cuando estuviste con Roman ¿te cuidaste?

Empecé a recordar aquella vez en que el y yo hicimos el amor por primera vez, fue tan rápido que no nos cuidamos, me tambalee un poco y mis manos empezaron a temblar.

—No.. No lo hice.. —mi voz salió en un murmullo.

—Dios mio Juliet.. —tomó mi mano y ambas fuimos al baño, ella cerró la puerta con seguro y empezó a revisar cada cubículo y que no hubiera nadie dentro—, puede que estés embarazada.

—No Shay, no puedo estar embarazada —negué varias veces— yo no tengo que estarlo, soy menor de edad.

—En un mes cumples los dieciocho —negué asustada, no puede ser—, iré a la farmacia rápido y volveré con un test de embarazo, así saldremos de duda.

Solo asentí y ella salió del baño, no puede ser que esté embarazada, no ahora que las cosas están patas arriba en mi casa. Si lo estoy ¿Roman se pondrá feliz? Dios mio no se que hacer o que pensar ahora, soy muy joven, demasiado joven para tener un bebé, si lo estoy tengo que decirle a Roman, tiene derecho a saberlo.

Shayla regresó rápido de la farmacia, me dio las cuatro pruebas de embarazo e hizo que me metiera en un cubículo para hacerlas al mismo tiempo, el proceso fue difícil pero al final lo hice, ya con las cuatro pruebas en mano, las dejé sobre el lavamanos y esperamos los minutos que habia que esperar.

—Ya es hora, tienes que verlos..

—No puedo —negué—, hazlo tu.

Ella rodó los ojos y miró las pruebas, no decía nada mientras que yo me estaba muriendo del miedo.

—Juliet, salieron positivo las cuatro.

Me recargue de la pared y me deje deslizar por ésta, solté mi llanto y mi miedo se hizo grande, estoy embarazada de Roman.

—Juliet cálmate..

—¿Cómo me pides eso? —sollocé— estoy embarazada Shayla ¿sabes lo que significa? Mis padres van a correrme de la casa.

—Tranquila —acarició mis brazos—, si eso sucede, puedes decirle a Roman, estoy segura de que el no te dejará sola en ésto.

—¿Y si no? ¿Y si no lo quiere? Te recuerdo que el debe estar odiandome.

—No lo sabrás si no hablas con el, Roman es un chico con principios y estoy segura de que no te dejaría sola, tienes que decirle..

Solamente asentí y tomé mis cosas junto a las pruebas y salí del baño rumbo al área de diseño donde el estudia, voy a preguntarle a James la dirección de su casa. James es mi primo y mejor amigo de Roman, mis padres me prohibieron hablarle ya que mi tío y papá se volvieron enemigos por la empresa, es algo tonto pero el y yo no nos hablamos por eso.

—Disculpe por entrar así profesor —mire a James quien me miraba extrañado— ¿podría dejar salir a James un momento? Es un asunto familiar urgente.

—Puede salir Castle.

James se puso de pie y salió del salón.

—¿Asunto familiar? —se cruzó de brazos.

—Olvida eso, necesito que me des la dirección de la casa de Roman.

—¿Para que? —negó— no pienso hacerlo.

—Por favor —dije desesperada—, tengo que hablar con el, es urgente.

—¿Vas a ir a humillarlo? Porque si es así, olvidalo, ya ha tenido suficiente.

—¡Es urgente James! Por favor..

El pareció pensarlo unos segundos y asintió rendido, tomó su bolígrafo y escribió las dirección en la palma de mi mano.

—Gracias —deje un beso en su mejilla y salí corriendo de la universidad, subí a mi auto y empecé a manejar rumbo a su casa, tenía que decirle que estamos esperando un bebé, no quiero que me deje sola en ésto.

Manejé un poco más hasta encontrar el barrio donde vive hasta que llegue a su casa, era una pequeña pero bonita por fuera, bajé de mi auto y con los nervios por el cielo, llegué hasta la puerta y toqué varias veces, luego me abrió una chica de al menos mi edad.

—¿Si? ¿Qué deseas?

—Ahmm estoy buscando a Roman ¿el se encuentra?

Ella me miró y frunció las cejas.

—Tu eres Juliet ¿no es así?

—Si..

—Vete de mi casa ahora..

—No entiendo..

—¡Que te largues estúpida! —retrocedi un poco, luego salió un señor, supongo que es su padre.

—¿Que son esos gritos Fairy? —me miró— ¿Quién es ella?

—La estúpida que le hizo la vida añicos a mi hermano —me miró con odio— vete antes de que te arranque las extensiones.

—Yo.. Yo solo quiero hablar con Roman, es urgente.

—Pues lo lamento mucho señorita —el señor puso a la chica detrás de el—, pero eso no va a ser posible, Roman se fue del país hace una semana.

¿Había escuchado bien? ¿Se fue? No no pudo haberse ido.

—¿I.. Irse? ¿A donde se fue? —sentí mis lágrimas caer.

—¿Vas a llorar estúpida? Esas lágrimas falsas guardalas para cuando llegue otro.

—Fairy ve adentro —ella se fue—, por órdenes de mi hijo no puedo decirle a donde se fue, conformese con saber que ya no le va a molestar su presencia, usted ya hizo bastante daño.. Mi hijo decidió irse y superarse a sí mismo y creo que fue una gran decisión, ya usted hizo mucho daño e hizo que mi hijo cambiara, ahora le pido que se vaya y que no regrese por aquí por favor.

Solamente asentí y limpié mis lágrimas, el cerró la puerta en mi cara con mucha fuerza, Regresé a mi auto y lo encendí para regresar a mi casa, hoy no tenia ganas de volver a la universidad. Roman se fue, se fue por mi culpa, debí hacerle caso a mi corazón y huir con el, no debí decirle todas esas cosas, soy una maldita cobarde.

Ya estando en casa, subí de inmediato a mi habitación, tire todo al suelo y me tire a la cama a llorar con mucha fuerza.

—Lo siento tanto bonito —sollocé—, debi irme contigo.

Me dolía en el alma lo que estaba sintiendo, ahora si estábamos separados y eso es por mi culpa.

(...)

No se cuánto tiempo había pasado pero lloré hasta dormirme, no se que se hora era, pero era de noche, me levanté de mi cama y fui al baño a lavarme la cara, la tenia roja e hinchada, me di un baño de agua caliente y me puse mi pijama, no tenía mucha hambre pero debía comer ya que vomite todo lo que había comido.

Baje hasta la sala e iba a pasar a la cocina pero mis padres estaban ahí, al verme mi madre se acercó y me dio una fuerte bofetada.

—¡Eres una irresponsable! —me gritó— ¡Eres una total vergüenza para ésta familia!

—Mamá.. —me estaba sobando la mejilla.

—Esto Juliet —alzó la prueba de embarazo— ésto es demasiado.. ¿En que estabas pensando?

—Yo.. Yo.. —las palabras no me salían.

—Me has decepcionado Juliet —papá mantenía su rostro frío—, estas esperando un hijo de ese.. Muerto de hambre.

—Lo siento mamá, yo.. Yo no pensé las cosas en ese momento —mi llanto no cesaba—, lo siento.

—No digas que lo sientes Juliet ¿te imaginas lo que dirán si estas embarazada? Seremos la burla de todos nuestros conocidos.. —mamá me lanzó la prueba de embarazo.

—Nadie se va a enterar de nada —papá se acercó a mi—, mañana mismo vamos a deshacernos del problema.

De inmediato retrocedí asustada.

—No por favor —negué asustada—, no me hagan ésto, yo quiero tener a mi bebé.

—No vas a tener a esa cosa, es mi última palabra —dijo frío—, eres menor de edad todavía y podemos decidir que hacer y que no contigo.

—¡Pero yo si quiero tenerlo! ¡No me hagan ésto por favor!

—¡Debiste pensarlo antes de abrirle las piernas a ese muchacho! —mamá me tomo del brazo con fuerza— mañana vamos al medico y te sacaremos eso que llevas dentro y problema resuelto, no voy a permitir que te arruines la vida de esa forma.

Mi padre me tomo del cabello y me hizo subir a mi habitación a tropezones, me empujó adentro de mi habitación y empezó tirar todo con mucha ira, tomo el teléfono que había en la habitación, saco mi computadora y la lanzó por la ventana de mi habitación, cerró ésta con candado y luego salió de mi habitación cerrando la puerta con llave.

Yo solo pude quedarme en mi habitación a llorar por toda la noche.

(...)

La mañana había llegado y yo no había podido dormir acariciaba mi vientre con miedo mientras le pedía perdón a la personita que llevaba dentro de mi, hice todo mal, debí hablar y decirle al padre de Roman que estaba embaraza, pero pudo más mi miedo que cualquier cosa.

La puerta de la habitación se abrió y mi padre entró, la sirvienta venía detrás de él con una bandeja que traía comida.

—Desayuna para que vayamos al médico.

De inmediato me puse de pie y me acerque a mi papá.

—Papá, por lo que más quieras.. No me hagas ésto.. —mis lágrimas salieron de nuevo— yo no quiero que me quiten a mi bebé por favor..

Sin pensarlo me arrodille ante el y llorar. El solo se agachó a mi altura y tomó mi rostro en sus manos para sonreírme.

—No debiste hacerlo Juliet, no debiste entregarte al primer bastardo que se te cruzara por el camino, vas a hacer lo que te pida, vas a comer y vas a bajar, tienes diez minutos o si no vendré por ti y será peor.

Me soltó bruscamente y salió de la habitación, no tenía opción, debía hacerlo. Me puse de pie y me encerré a bañarme mientras desahogaba todo mi dolor y miedos. Ni siquiera me tomé el tiempo de arreglarme, tampoco de comer, así que baje hasta la sala donde ellos me estaban esperando, ambos salieron de la casa y yo detrás de ellos, me subi al auto en silencio y así empezó el camino hacia mi perdición.

No pasó demasiado tiempo cuando llegamos a clínica, entramos rápidamente hasta el consultorio de la doctora, sin decir alguna palabra me ingresaron a la habitación y me cambié, mis lágrimas no paraban mientras que murmuraba "Lo siento" una y otra vez hacia mi bebé y a Roman, los doctores entraron junto a la enfermera y yo lo que hice fue recostarme en la camilla, me pusieron anestesia y empecé a sentir mis ojos pesados.

—No lo hagan.. Por favor..

—Tranquila.. Vas a estar bien..

Y fue lo último que escuché antes de cerrar mis ojos.

No se cuánto tiempo pasó, pero desperté en la habitación del hospital con mucho dolor en mi entrepierna y vientre, era de día todavía, mire la habitación y estaba sola, por supuesto que ninguno se quedaría a mi lado después de lo que me hicieron, me habían destruido por dentro y no hice nada para defenderme, absolutamente nada, supongo que es mi castigo por haber sido una cobarde y no hablar desde el inicio, soy un asco de persona.

—Lo siento tanto mi bonito.. Perdóname.. —cerré mis ojos acariciando mi vientre ya vacío, yo estaba vacía por dentro, ni había nada en mi.