Y llega un día en el que caes sin poder evitarlo en las redes de aquel famoso amor, toda mi vida he pensado que aquello no era para mí, que simplemente no nací para ser amada, pero hoy rogaba que algún día aquella novicia me amará de la misma manera en la que yo lo hacía. Mire hacia la puerta por décima vez en la noche. Ven a mí, Juliana. ¿No ves que estoy desesperada?, ven a mí, pues mis labios se secan y agrietan esperándote, acaba ya con mi sed antes de que perezca. Fui hacia el baño, volví a peinar mi cabello, también por décima vez, estaba tan nerviosa luego de aquel beso que nos dimos que apenas si la vi fue en el comedor y ambas no nos habíamos acercado, pero ahora cuando la noche cae y los ojos que nos rodean se cierran mi esperanza aumenta. ¿Ella tocará a mi puerta?, ¿ella vendr

