Alberto arrugó el entrecejo para preguntar:
— No entiendo tu afán con eso de estar al tanto de lo que Selena obtiene mensual para los niños.
Ella sólo se alzó de hombros y respondió
—Alberto, solo es precaución, por mi padre me enteré que cuando ellos se divorciaron él me dejó una suma de dinero para que ella lo pudiera administrar, Selena se la gastó sin medida, además de vender una casa que mi padre le heredó, no guardó un centavo de éso.
Alberto abrió los ojos sin poder creer aquello de la madre de Maitane.
— Cuando la conocí me dijo que su anterior marido había sido un desconsiderado, que la había dejado en la calle y con una mocosa que lo que hacía era amargarle la existencia, pues no tenía ni para los alimentos.
Maitane suspiró moviendo la cabeza con decepción.
— ¿Te das
