Los días pasaron convirtiéndose en semanas, todo seguía igual, Emir vigilandola, y ella aparentando estar tranquila. — Genevieve, el doctor está aquí para la revisión médica de mi hijo. Expresó Emir con gesto de frialdad. — Te di los resultados de mi médico, todo está bien, no veo por qué cambiarlo ¿O es qué tampoco confías en mí médico? Cuestionó muy enojada Genevieve. — ¿En serio me preguntas eso Genevieve? ¿Tan grande es tu cinismo como para preguntar si no confío en ti? Pues no fíjate, no confío en ti después de lo que escuché decirle tú a tu padre, tú cómo madre no eres confiable ante mis ojos. Cuando nazca mi hijo te irás de aquí sin nada. — Está bien espero que sea pronto el nacimiento de este mocoso, ya no soporto tanto calor. Estoy cansada deseo ir a mi casa con mis padre

