El reloj marco las diez de la noche en la provincia de Lucca, Ludmila dormía profundamente de la misma manera que su hermano menor. En el enorme y lujoso baño de la habitación principal el mayor de los hermanos tomaba un baño, el agua escurría por su musculoso cuerpo, cada uno de sus tatuajes resaltaba en esa trabajada figura por largas horas en el gimnasio y una alimentación rigurosa. Su cabello empapado caía sobre su frente de manera provocadora. Su rostro se coloco directamente ante la caída del agua, dejo que aquel cristalino liquido se llevara la intensidad del día, sentía el estrés en el cuerpo, pero prefería ignorarlo no tenia tiempo tomarle importancia, además si lo hacía encontraría una rápida manera de bajarlo con cierta extranjera que le provocaba con locura. Leisel no abandona

