18
“Vorxiel”
El ser inmortal movió a penetrar el cuerpo del lobo con sus garras.
—Creo que he sido benevolente… Recibo esta vida en pago por la muerte de mis hermanos menores… —Klaus lamió el resto de sangre en sus manos, y sonrío al ver los ojos llenos de dolor en Sebastián. El Alfa se enfureció, tomando la figura de un perro n***o para atacarlo, sin embargo, su corazón dolía tanto que cuando quiso tocarlo, el vampiro había desaparecido dejando únicamente el cadáver de Orlok en la mitad de la calle.
—¡No! ¡No! ¡Hijo de perra! ¡Te juro que te voy a matar con mis propias manos! —el pelinegro tomó entre sus brazos el cuero sin vida de su mejor amigo. Aquel hombre que estuvo con él en los momentos más difíciles de su vida, y que nunca se imaginó perder por culpa de sus malas decisiones.
Jamás debió retarlo, jamás debió pensar que podría superarlo cuando comprendía perfectamente que hasta que el vinculo con Eva no se completara, el seguiría siendo un alfa débil ante sus ojos.
—Yo… Lo siento… —La voz de su mujer lo hizo tocar nuevamente tierra, sus cejas se elevaron rápidamente al notar como su pequeño cuerpo estaba cubierto por una ligera capa de sangre que le pertenecía a Nena.
El sonido de varios motores llamó rápidamente su atención, la presencia de Bastián Drake se hizo presente en el lugar, el padre de los hermanos caminó hacia el cuerpo del beta, para luego taparse la boca y la nariz con un pañuelo de seda.
—Han dejado un desastre… Un jodido desastre los dos…
—Papá…
Kilian trató de decir algo, pero un golpe en su cara lo dejó en silencio.
—¡Estamos en guerra con los Strigoi! ¿Saben lo que esto significa para nuestra familia? ¡Orlok es el primero de cientos de lobos que morirán por culpa de Sebastián!
El Alfa abrió con exageración los ojos.
—¡Sí desde el principio hubieses tomado a Eva como tu mujer! ¡Así sea a la fuerza! ¡Necesito que por primera vez abras esos malditos ojos, hijo de perra!
La chiquilla dirigió su mirada hacia su novio, y negó con la cabeza, Sebastián no era ese tipo de hombres, él nunca podría tocarla sin su permiso, ni mucho menos obligarla a estar con él en contra de su voluntad.
—Eva…
La voz profunda y masculina del hombre lobo le dejó la piel helada.
Sebastián tenía los ojos más oscuros de lo normal.
—¿Sebastián?
—Lleva a Nena a recuperarse, y cuando esté bien… Nos iremos de esta ciudad… Serás mi mujer, la mujer del Alfa… Cuando por fin seas mía… Yo…
Su cuerpo se sacudió hacia adelante, estaba demasiado débil como para continuar, ella trató de ayudarlo a sostenerse, sin embargo, Bastián la obligó a subirse a una de las camionetas que habían traído junto a su mejor amiga y Kilian.
Trató de zafarse del agarre de los guardias que la tomaban de los brazos para impedirle que se escapara, pero, no pudo lograrlo.
—Lo estás empeorando…
Kilian atacó a su lado.
—¿Qué le hará a Sebastián?
—Se está convirtiendo en una deshora.
—¡No me jodas!
—¡No me jodas tú! ¡Esto también es tu culpa! ¡Orlok y Nena están así por tu culpa!
El jovencito mordió su labio inferior para no seguir hablando.
—Papá tenía razón… Debió domarte así sea a la fuerza…
—¿Estás hablando en serio?
—¿Tú que crees? ¡Sí yo hubiese sido él te domaba con mis feromonas y te obligaba a estar con tu hombre! —Cuando la camioneta se detuvo, el chico de cabello plateado salió primero con la ayuda de un par de betas que sacaban con cuidado el cuerpo de Nena. Eva pudo notar como un grupo de brujas salieron de la propiedad Drake para auxiliar a la guardiana de la familia.
Eva se tomó un segundo para respirar.
Tragó grueso, antes de limpiarse las lágrimas de la cara, trató de seguir a Sebastián cuando el coche detrás de ellos lo trajo a casa, pero, este solo la ignoró.
—¿Eres Eva?
Una mujer afroamericana la llamó.
—Sí…
—Soy Marie Laveau…
—¿Qué? —La soltó casi de inmediato cuando sus manos se tocaron por un instante. Ella logró sentir un pequeño espasmo, que la bruja Vudú sintió también.
—Te ha marcado… Y es alguien poderoso… Jamás vi tanto poder junto… —Ambas miraron hacia la entrada de la enorme mansión cuando una de las hechiceras las llamó.
—¡Nena nos necesita a todas, hermana Marie!
La morena caminó a pasos firmes hasta entrar a una habitación casi a oscuras, el cuerpo débil de Nena se hallaba sobre una mesa rodeada de velas en señal de protección. Su mejor amiga podía sentir la presencia de algo más que las acompañaba, algo tan fuerte, poderoso y oscuro, que le era imposible describir con palabras.
—¿Lo han invocado?
—Su guardián ha sido bloqueado…
—¡¿Qué significa eso?!
La pelinegra gritó, al notar como Nena empezó a sacudirse con violencia.
—Alguien ha exorcizado al protector de Nena…
—¿Por qué?
Preguntó ella, mirando como las brujas seguían lanzando hechizos hacia la joven que se debatía entre la vida y la muerte.
—¡Sí Nena vive, podrá invocar a través de un ritual a Vorxiel, y si eso pasa…!
Eva retrocedió, cubriéndose la boca.
—Podrá quitarme este sigilo…
De repente, las llamas de las doce velas alrededor de la morena se elevaron mucho más. Una figura imponente comenzó a cubrirlas, mientras que Marie, la madre de las brujas inició un ritual de protección. Alguien quería acabar con la vida de la joven, aunque un circulo de sal alejó al mal espíritu rápidamente.
—¡Venid am vital!
“Regresa a la vida”
Lo siguiente que se escuchó fue un gritó que provino de lo más profundo de la garganta de Nena. Sus labios pálidos volvieron a tomar el color carmesí de siempre, entretanto el agujero en su cuello había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.
—¡¿Eva?! ¡¿Dónde está, Eva?!
La chiquilla salió en medio de la multitud.
—¡Pensé que te perdería!
—¡Tenemos que invocar a Vorxiel! ¡Zyghor me mostró lo que quería hacerte! —sus ojos se fijaron en el sigilo. —Tienes… Tienes que terminar tu unión con Sebastián, si el vinculo de ustedes se hace fuerte, la maldición comenzará a debilitarse.
—Él no quiere verme…
—No digas eso… ¿Dónde está Orlok? Dile que…
Ella comenzó a llorar.
—Dime que no es cierto… ¡¿Dónde está?!
—Klaus lo asesinó…
—¡No! ¡No! ¡Tráiganlo, podemos…!
Marie tocó su hombre y negó, hasta ella comprendía que era demasiado tarde para salvarlo.
Nena abrazó a su madre, mientras que Eva salía de la habitación al sentirse culpable por todo esto.
—Hasta que por fin sales…
Sebastián la tomó por sorpresa.
—¿Cómo estás?
—Eso no importa ahora, ¿Ya recogiste tus cosas? Nos vamos esta misma noche.
—Sebastián, creo que necesitamos hablar…
—¿Hablar? ¡¿De verdad?! ¡Lo único que he tenido en mi maldita vida desde que la luna decidió darme a una jodida humana como mate es problemas y más problemas!
Sus ojos se abrieron.
—¿Qué acabas de decir?
—¡Estoy harto de esto!
—¿Crees que yo no?
La chica de ojos claros observó un golpe en la mejilla del Alfa, trató de tocarlo, pero, él la apartó rápidamente.
—Eres demasiado débil para ser mi mujer.
—Me estás lastimando.
—¿Por qué no te abres de piernas y acabamos con todo esto?
—¿Sebastián?
Lo siguiente que sintió fue como el enorme hombre la metió dentro de una habitación, y la tiró con salvajismo contra una cama abandonada.
—¿Qué vas a hacer?
La pelinegra se cubrió la nariz cuando un hedor a flores y tierra húmeda la invadió rápidamente. Sus piernas se volvieron débiles, mientras, que sus mejillas comenzaban a enrojecerse al sentir pequeños espasmos en todo su cuerpo.
—Te quitaré ese sigilo a las buenas o a las malas… No tengo intenciones de perderte… No a ti también…
Su camisa cayó al suelo.
—Sebastián…
—Odio la idea de que otro hombre quiera lo que es mío…
La correa sonó contra el suelo.
—Es hora de tomar el control de todo.