Después de dejar la casa donde estaban los niños me sentía tan triste que comencé a llorar en el carro sin poder evitarlo cuando Richard se dio cuenta rápidamente buscó un lugar donde detenerse, me miró y me dijo —Vicky ¿Qué pasa? Por favor no me asustes ¿Estás bien?
Lo miré y respondí —Por favor perdona ¿Qué vas a pensar de mi ahora? Pero escuchar a Cathy me hizo recordar mi historia y pienso que el John del que ella habló fue el mismo que también asesinó a mi madre, no sé cómo expresar esto tengo rabia, tristeza, dolor, muchos sentimientos encontrados por favor prométeme que no vamos a parar hasta que este caso no esté totalmente resuelto.
Richard me miró y dijo —Te lo prometo.
Me abrazó fuerte y yo a él y justo cuando me iba a separar lo siento tan cerca de mí, sus labios estaban a sólo un par de centímetros de los míos, sus hermosos ojos me veían de una forma especial y yo a él también, una parte de mi dice no es una buena idea y la otra parte dice es una idea excelente déjate llevar, debimos haber estado así de cerca por un minuto que fue eterno, creo que ambos estábamos esperando que el otro diera una señal para continuar y justo en ese instante sonó su teléfono para volver a la oficina. Nos separamos, mientras Richard me preguntaba si ya me sentía mejor, le respondí que sí, aunque dentro de mi pensaba, «nos acabamos de conocer estamos trabajando juntos y ya casi nos besamos, será que podré resistir estar cerca de él sin ceder a la tentación, la verdad es que nunca un hombre me ha movido el piso como este. Annie dice que es hora de que me busque un novio pero que va a pensar de mi si el que llevo puede resultar ser su nieto. Que estoy pensando de seguro fue sólo coincidencia y ni se le ha pasado por la mente besarme».
«Que me pasa con esta chica estuve a punto de besarla y recién la acabo de conocer, pero debo reconocer que hay algo en ella que me intriga mucho, es inteligente, conoce este tipo de trabajo, esta guapa, muy guapa por lo demás tiene un aroma que me encanta y como si fuera poco puedo ver a cuadras que tiene un corazón muy lindo y está sola, sin novio, ¿cómo es que teniendo esa cara y ese cuerpo está sola? Mejor dejo de pensar en eso o algo en mi va a despertar y no se verá bien que eso suceda y menos cuando nos acabamos de conocer, pero cuando estoy con ella siento algo extraño, y que tal si ella vive con mi abuela mejor dejo de pensar en eso y hasta que no me saque esa duda no debo hacer nada con Vicky ¿Será que llego al final del día? yo creo que es cosa de tiempo nada más para que nos besemos».
Llegamos a la estación de policía y entramos a nuestra oficina estamos tratando de acomodar los escritorios de la mejor manera posible ya que por más que buscamos una formula siempre que intentamos movernos terminamos chocándonos. Richard tuvo la idea pegar los escritorios a la pared, aunque quedamos de espalda el uno con el otro creo que funciona mejor y cuando es necesario uno de los dos moverá su silla y su laptop para estar cerca del otro, ya no se si quiero que eso pase me temo que en cualquier momento sea yo quien lo agarre y le de uno de esos besos de película, ahora estoy pensando en Annie ¿Cómo lo va a tomar ella cuando se lo presente? Annie siempre ha descrito a su marido muy parecido a Richard y ahora que recuerdo en una foto que ella tiene de cuando se casó se parecen mucho ¿Será que su corazón le dirá algo? veremos qué pasa esta noche por lo pronto le voy a llamar para decirle que iré con un compañero de trabajo que quiero que ella conozca.
—Hola Annie, ¿Cómo va tu día?
—Muy bien mi niña gracias por llamarme, estaba preocupada por ti pero no quería llamarte para no interrumpirte en tu primer día de trabajo, ¿Cómo te sientes?
—Muy bien Annie, quería hacerte una pregunta, lo que sucede es que estaré trabajando con un investigador de otra área y me gustaría llevarlo a la casa para que lo conozcas y sepas quien será mi compañero ¿Tú crees que será posible que lo lleve después del trabajo?
—Claro que sí, estoy haciendo la lasaña que tanto te gusta para celebrar este día especial espero que a él le guste la lasaña también.
Cuando Richard escuchó la palabra lasaña me miró con una sonrisa mientras se saboreaba así que le dije a Annie —Estoy segura de que tu lasaña será todo un éxito, nos vemos más tarde, te quiero mucho.
—Yo también mi niña los estaré esperando.
Richard se da vuelta y dice —Esa es mi comida predilecta, algo en mi dice pasta y de ahí yo soy, gracias por ayudarme con esto.
—No tienes nada que agradecer, si eres quien crees ser de Annie sé que le hará muy feliz conocerte.
Durante el resto de las horas ambos estuvimos trabajando, buscando lo que más pudiéramos sobre información del supuesto John, por mi parte me comuniqué con el departamento de informática para que me ayudaran con el DiskOnKey y ver si era seguro revisarlo. Cuando dieron las cinco de la tarde era hora de partir yo en la mañana había tomado el bus ya que aún no he podido comprarme un carro, Richard sin saberlo me dijo —¿Quieres que te siga?
Yo le respondí —Si quieres, pero nos vamos a demorar un poco no tengo carro yo tomo el bus en la mañana.
Me miró y dijo —Desde mañana yo paso por ti, no se diga más.
—No te preocupes yo me he manejado así todo el tiempo.
—Yo no puedo permitir que andes sola por ahí en un bus.
—¡Hey! yo me se cuidar muy bien, es más cuando quieras practicamos en el gimnasio.
—Yo estoy dispuesto hasta dejarme ganar si tú me caes encima.
«Dios en que estaba pensando cuando lo invité al gimnasio, aunque una caída sobre él no suena nada mal».
«Será que se me pasó la mano con el comentario, pero de sólo imaginarme con ella así, de plano me dejo ganar sin pensarlo dos veces».
En el camino fuimos platicando de que tipo de películas nos gustaba y ha ambos nos encantaba ver algunas clásicas de misterio, yo le comentaba que a Annie le gustaban las de Chaplin y que ambas nos reíamos mucho también con esas. La verdad con ella aprendí a ver el cine antiguo, aunque soy honesta me encantan las de acción actuales de super héroes, soy una fan de Capitán América. Richard me miró y dijo —¡Hey! a todas las chicas les gusta ese hombre, pero uno también tiene lo suyo no te creas.
—Imagino que tienes razón —le respondí casi sin pensar.
—¿Qué tengo lo mío? —dijo el riendo.
—Por favor no pongas palabras en mi boca que no he dicho, me estoy poniendo nerviosa.
Y justo cuando llegamos frente a la casa me dice —Créeme que tú también me estás poniendo nervioso y mucho.
Cuando escuché eso dije —Es mejor que entremos Annie nos debe estar esperando.
Abrí la puerta y Annie llegó a recibirme y abrazarme, de pronto miró a Richard y se quedó fijamente viéndolo a los ojos, se le acercó tomó su cara la acarició y dijo —No puedo creer que estes aquí.
Richard se sorprendió con esas palabras y de hecho yo también —¿Annie a que te refieres con eso? — le pregunté.
Annie me miró —El es mi nieto —dijo con sus cansados ojos ya llenos de lágrimas.
—¿Cómo puedes estar tan segura Annie?
—Es el vivo retrato de su abuelo, verte a ti ahora es verlo a él cuando éramos novios, eres tan guapo como él, así que ahora soy yo la que pide una explicación y quiero toda la verdad porque mejor no nos sentamos y voy por una botella de coquito que preparé para que comiencen a hablar rápido.
Yo traje tres vasos y le dije a Ricardo —Yo creo que vas a tener cambio de planes y tendrás que soltar la sopa completa.
Annie trajo el coquito, yo le ayudé a servirlo, ella agarró su vaso y se lo tomó de golpe así que Richard y yo hicimos lo mismo, después de eso dijo —Soy toda oídos.
Richard le dijo quién era su padre y toda la historia que me había contado temprano, porque vino aquí y que cuando nos enteramos de que yo conocía a Annie Campbell me había pedido que lo presentara como a un amigo ya que no estábamos completamente seguros si estábamos hablando de la misma persona. Annie abrió una gaveta y sacó una fotografía donde aparecía ella y su esposo Harold el día de su boda, la verdad es que el parecido entre ellos es impresionante.
Annie le preguntó —¿Dónde te estás quedando?
—Por ahora estoy rentando una habitación en un hotel, pero estoy buscando un apartamento donde mudarme.
—Si quieres te puedes quedar con nosotras —dijo Annie.
Richard me miró y dijo —No sé qué piense Vicky si yo me quedo aquí.
Tratando de ser lo más calmada posible respondí —Tú eres el legítimo nieto de Annie es obvio que yo no tendré ningún problema, además si eso la hace feliz yo soy feliz —aunque dentro de mi sabía que eso significa jugar con fuego y pasar con él las veinticuatro horas del día.
Y entre poniéndose al día con Annie y brindando con coquito tras coquito cuando miramos la hora ya eran la una de la madrugada y soy honesta ni él, ni yo, ni mucho menos Annie estábamos en condiciones de manejar, le ofrecimos que se quedara en mi pieza y yo dormiría con Annie y que mañana veríamos como nos arreglamos mejor entre los tres, Annie además tenía un cuarto extra que lo ocupaba sólo para guardar cosas y pensamos que sería una buena idea desocuparlo para poner una cama ahí, yo le dije que me cambiaría pero Richard no quiere aunque por esa noche aceptó quedarse en mi cuarto, Annie se fue a dormir y yo entré sólo a sacar mi pijama, cuando me di la vuelta él estaba detrás de mí, se acerca a mi oído y dice —Buenas noches Vicky ¿Estás segura que no quieres dormir aquí?
—¿Contigo? —respondí casi con susto.
—Perdóname quiero decir que yo puedo dormir en la sala.
—Tranquilo tú te puedes quedar aquí, mañana con más calma nos organizamos mejor.
—Ahora si quieres podemos acomodarnos juntos —respondió el con una sonrisa.
—Creo que tú y Annie han tomado demasiado coquito en muy poco tiempo.
—Dicen que los niños y los borrachos no mienten, Vicky eres muy linda creo que no será fácil trabajar a tu lado sin intentar besarte, siento muchos deseos de besarte ahora mismo.
—Es mejor que me vaya a dormir, cuando me beses si lo haces que sea cuando no tengas una gota de alcohol para que lo recuerdes siempre.
Mientras pensaba no está bien, si me besa yo voy a responder a ese beso estoy segura y él está un tanto tomado y yo no quiero eso además estamos en casa de su abuela.
Me fui a la pieza de Annie donde abrí un pequeño sofá cama que ella tenía para poder dormir, eran cerca de las seis de la mañana y me levanté al baño y cuando llego a la puerta Richard viene saliendo después de tomar una ducha venía cubierto sólo con una toalla amarrada a la cintura nos encontramos de frente y me dice —Buenos días, Vicky, sabes una cosa ahora no tengo ni una gota de alcohol, déjame y te digo que hasta recién levantada te vez linda.
Es en ese momento que me doy cuenta de que estoy en las peores condiciones y que toda mi ropa está en mi cuarto y le digo —Gracias por el cumplido pero no tienes por qué mentir, mejor voy a sacar algo de ropa para darme un baño y tomamos desayuno.
Entré a mi cuarto y él entró detrás de mí ya que su ropa también estaba ahí pero verlo cubierto con sólo esa toalla es tentación pura yo no soy de fierro, abrí mi gaveta y saqué algo de ropa muy rápido ya que no quería estar en una habitación sola con él, que tal si se le cae la toalla si eso pasa a mí se me cae también el pijama lo prometo y cuando llegué a la puerta escuché que me llamaba lo miré y me doy cuenta que acaba de recoger mis calzones que se me cayeron al sacarlos tan rápido de la gaveta para salir de ahí con prisa y riendo me dice —¿Creo que olvidas algo?
—Perdón que pena —le respondo mientras rápidamente trato de tomar los calzones de su mano.
—No te preocupes, aunque hoy sabré todo el día el color de toda tu ropa —me responde mientras me cerraba un ojo.
Sin decir nada más salí lo más rápido posible y entré al baño, traté de apurarme y ni siquiera sequé mi pelo, me vestí y fui directo a la cocina. Annie estaba muy contenta preparando el desayuno estaba cantando sola por la casa hace tanto que no la veía tan feliz y emocionada. Me abrazó diciendo —Mi niña estoy preparando un desayuno como en los viejos tiempos un café con leche y unos Sándwiches de Mallorca para los tres.
—Muchas gracias, Annie, pero déjame ayudarte.
—No mi niña estoy con una energía que ni te digo debió ser todo el coquito que nos tomamos anoche.
—Voy a preparar la mesa entonces ¿Qué te parece?
—Perfecto, pero después ve a arreglarte para que estés aún más linda hoy.
—¿Por qué me dices eso?
—Mas sabe el diablo por viejo que por diablo.
Sonreí y fui a preparar la mesa en eso vi a Richard salir de la habitación y me dijo —Creo que antes de parar en la estación deberé ir al hotel a cambiarme de ropa no quiero que me vean llegar con la misma ropa de ayer.
Y yo de idiota voy y digo —¿Necesitas ayuda?
—Yo creo que es una buena idea —responde él.
—Por favor disculpa claro que no necesitas ayuda, no te preocupes ve tranquilo y nos encontramos más tarde en la estación.
—No por favor si quieres me puedes esperar en el lobby o subir conmigo yo no tengo problemas así después llegamos al mismo tiempo.
En esos momentos Annie que para entonces ya se había dado cuenta que a nosotros sólo nos hace falta un empujoncito pequeño para que algo pase va y en vez de ayudar sugiere muy tranquila que mejor lo acompañe. Por Dios yo tratando de portarme bien pero con tanta tentación no es fácil, terminamos de desayunar y Richard no paraba de decirle a Annie que hacía tanto no comía algo así y por supuesto Annie le respondía que de ahora en adelante no se preocupara que ella cocinaría para los tres, nos despedimos, Richard y yo partimos a su hotel y casi sin pensarlo llegamos a su habitación donde había un pequeño sofá a la entrada, me senté a esperarlo mientras él se cambiaba de ropa, estaba muy nerviosa sólo tardó unos diez minutos y llegó donde mí, la verdad este hombre se ve muy bien con lo que se ponga, demasiado bien y ya estoy nerviosa él lo nota y me dice —Muchas gracias por acompañarme.
—No hay problema, pero es hora de irnos, antes de que lleguemos tarde.
Cuando me levanté él se puso frente a mí y me dice —Recuerdo bien lo que me dijiste anoche, cuando me beses si lo haces que sea cuando no tengas una gota de alcohol para que lo recuerdes siempre —Me tomó de la cintura y me pegó fuertemente a él de pronto siento que se acerca a mi cuello, a mi oído, siento su respiración, puedo escuchar los latidos de su corazón con una de sus manos toca mi cara me besa en la mejilla y se acerca a mis labios y los besa suavemente tal vez para sentir mi reacción a ese beso primero, en esos momentos yo lo abracé y respondí el beso no pude evitarlo, además ese creo ha sido el mejor beso que jamás he recibido, he salido con un par de chicos pero este beso estaba para perderme, no sé cuánto tiempo duró solo sé que no quería que terminara claro que con un beso así también vienen las caricias, de pronto siento sus manos subir y bajar por mi espalda y bajar más allá de mi cintura, sabía que debía detenerme si continuaba así probablemente el vería por segunda vez en el día mis calzones y esa no era una buena idea, me detuve lo aparte de mí y le dije —No por favor, esto no está bien.
—Perdóname, es más fuerte que yo ayer estuve todo el día igual desde que te vi y ahora que te tengo así mi cuerpo responde solo, me gustas mucho, sé que no será fácil trabajar juntos y menos vivir en la misma casa, pero me quiero arriesgar, algo dentro de mí me dice que tú puedes ser la mujer de mi vida.
—A mí también me gustas mucho, no te lo voy a negar, pero debes entender que eso no significa que me voy a sacar la ropa al primer beso contigo, además siempre he soñado con una primera vez especial y esto así por una calentura del momento no es lo que siempre he querido, lo siento.
—Por favor discúlpame si quieres vamos despacio, te entiendo, pero continuemos, ese beso ha sido el mejor de mi vida y lo quiero repetir, aunque tenga que amarrarme las manos, algo me dice que no te debo dejar ir, nunca una mujer me había llamado tanto la atención como tú desde que te vi, ¿Qué tal si comenzamos saliendo y conociéndonos?
—Me prometes que vas a ir con calma.
Y mientras se acercaba a mí y tomaba mi cara y me da un tierno beso en los labios y dice —Lo prometo ¿quieres ser mi novia?
—Eso no es irse con calma.
—El que me aguante las ganas de tenerte entre mis brazos no significa que no quiera tener una relación formal contigo y hay que ponerle nombre.
—¿Que tal amigos? —le dije.
—¿Dejarías que este amigo te vuelva a besar en los labios o prefieres que lo haga tu novio? Pregunto otra vez ¿Quieres ser mi novia?
—Vamos a tener problemas en el trabajo si se enteran.
—No tienen por qué enterarse al menos no todavía, aunque con mi abuela no estoy tan seguro, yo creo que ella se va a dar cuenta sola es más te puedo apostar que ya se dio cuenta, pregunto nuevamente ¿Quieres ser mi novia? no me gusta eso de amigos con derecho.
—A mí tampoco me gustaría algo así, está bien seamos novios, pero en el trabajo tenemos que ser compañeros de trabajo y ya veremos qué pasa, sólo te pido que nos conozcamos primero y por favor no estés caminado casi sin ropa frente a mi yo no soy de fierro.
En esos momentos él se me acerca me besa nuevamente y me dice al oído —Trataré de que esa toalla no se caiga cuando salgo del baño, aunque no prometo nada —y comienza a reírse.
—Ya mejor vamos o llegaremos tarde ¿Tú te das cuenta de que me estoy poniendo nerviosa verdad?
—Si, y me gusta verte así.
—Esto no va a ser fácil, estaremos juntos muchas horas.
—Yo no tengo problemas con eso, es más a mí me encanta la idea de estar cerca de ti, tanto que creo deberíamos acercar los escritorios.
—Por favor no sigas, mejor vamos que no quiero que lleguemos tarde.
Al llegar a la estación a más de uno le llamó la atención que Richard y yo llegáramos juntos de hecho en un momento en el que fui a baño me encontré con Amy y me dijo —Ya te vi llegar, eso se llama tener suerte.
—Es mi compañero de trabajo —le respondí muy seria.
—Me podrías presentar a tu compañero y decirle que tienes una amiga que esta solita.
—¡No!
—Estoy segura de que aquí va a pasar algo, ese hombre no le ha sido indiferente a varias así que yo que tú uso mis mejores atributos ya, suerte —y después de decir eso salió con una sonrisa.
Llegué a la oficina un tanto pensativa cuando Richard me vio me preguntó si todo estaba bien y le dije que si aunque no dejaba de pensar en lo que dijo Amy, mejor será sacarme esos pensamientos de la mente y seguir con lo mío, en esos momentos Carlos uno de los chicos de informática viene a la oficina con su laptop y nos trae dos USB flash drive para que tengamos una copia de lo que había encontrado, al entrar vio nuestros escritorios y dijo —Ustedes sólo necesitan una mesa más grande y sacar esto de aquí no pueden estar de espaldas yo me encargaré de eso por ahora acérquense.
Nos acomodamos los tres para poder ver lo que Carlos nos quería enseñar, al parecer había información de algunas cuentas y números también algunas direcciones y un par de fotografías, tal vez la llave que encontré correspondía a una caja de seguridad ya que al parecer había información de tres cuentas, ahora debíamos comenzar a investigar, nos dijo que al parecer esa información era muy valiosa aunque debíamos tener mucho cuidado, ya alguna vez habían estado muy cerca de atrapar a un tal John Fleming y de alguna forma él se enteró y desapareció por un tiempo, tal vez sea el mismo hombre aunque jamás le han podido ver el rostro sólo sabemos que es un hombre alto fuerte de ojos café debemos tener mucho cuidado.
Con Richard comenzamos a buscar información en archivos sobre cada dato que Carlos nos dejó en menos de una hora nos trajeron una mesa más grande y larga y sacaron los dos escritorios y quedamos mucho mejor trabajando así, aunque Richard se acerca bastante a mi cada vez que puede incluso nos encontramos en más de una ocasión chocando nuestros pies y cuando eso pasa nos reímos.
Estuvimos tres horas hasta que recibo un email con los bancos donde estaban esas cuentas además ya teníamos la autorización para revisar algunos casos y pedir una investigación a uno de los bancos. Salimos de la oficina camino a la corte de la ciudad sólo que antes de llegar Richard se estacionó y me dijo —Han pasado muchas horas desde la última vez que te besé.
Casi no pude decir nada cuando siento sus labios que soy honesta yo también ya extrañaba, sus besos son tan apasionados que no sé cuánto tiempo yo vaya a poder aguantar sin terminar en su cama sus dedos bajaron a mi blusa y de detuvieron en mi pecho y me dijo —Perdón no lo puedo evitar creo que estaré por un tiempo que espero no sea muy largo con sólo duchas frías.
—¿A que te refieres con un tiempo que espero no sea muy largo?
—Tú sabes bien a que me refiero, yo no te voy a obligar a nada eso no es de hombres, pero quisiera que en algún momento no muy lejano podamos ya sabes.
—¿Ya sé qué?
—De verdad quieres que lo diga… que podamos hacer el amor.
Para que preguntase me dije, sentía como me sonrojaba y veía como Richard disfrutaba viéndome así y mientras sonreía volvió a encender el carro para llegar a la corte, encontramos un caso de un hombre que había sido acusado de tráfico de drogas y relacionado con un grupo que usaba mujeres jóvenes para prostitución, el hombre estaba en la cárcel, aunque separado ya que le detectaron SIDA y ya le quedaba muy poco tiempo según los doctores. Tuvimos que manejar a Somers al Northern Correctional Institution que es nivel cinco de máxima seguridad, le llamamos a Annie avisándole que tal vez llegaríamos un poco tarde que no se preocupara, cuando llegamos allá y lo vi recordé la imagen de uno de los hombres que estaba con John cuando asesinó a mi madre, este era uno de los desgraciados que la drogó ese día y por lo que John terminó por asesinarla, el muy sínico no nos quería dar ninguna información pero antes de salir del lugar sólo pude decirle —Maldito, estoy segura que en muy poco tiempo te vas a pudrir en el infierno.
—Pero me llevaré todos esos secretos conmigo —Me respondió hasta con una sonrisa perversa.
—¿Y de que te van a servir?, si tu amigo John se lava las manos mientras tú te pudres en este infierno solo.
Después de decir eso me dijo —Sólo te diré Middlefield busca en ese lugar tal vez encuentres más de lo que imaginas ahora salgan de aquí no diré nada más.
Salimos y en la puerta del lugar no pude más y abracé muy fuerte a Richard y comencé a llorar sin poder parar y le dije —El fue uno de los hombres que drogó a mi madre esa noche estoy segura.
—Tranquila amor no te preocupes los vamos a encontrar a todos y jamás volverán a abusar de ninguna mujer, son unos malditos —me respondió Richard mientras seguía abrazándome fuerte.
—Me duele pensar que Cathy y sus hermanos han vivido algo como lo que yo viví.
—Lo sé, algo me dice que debemos sacarlos de donde están y llevarlos a un lugar más seguro, pero no se me ocurre con quien, aunque tengo una idea no sé qué pienses tú.
—¿Qué estás pensando?
—Un hotel en otra ciudad y llevar a Annie y alguien más para que le ayude, algo me dice que debemos proteger a Annie también.
—No creo que nos den el dinero para eso.
—Yo me encargo de todo, tranquila.
Llegamos a la oficina a eso de las seis de la tarde enviamos unos emails y Richard dejó un par de voicemails para pedir la autorización y trasladar a los niños lo antes posible.