Día uno: Cristal

216 Palabras
10 de agosto de 1989. Era una noche tranquila y Luis aún no llegaba a casa. Las contracciones eran cada vez más seguidas, y los dolores eran muy intensos. —Por favor Matías, papi está haciendo todo lo posible para llegar rápido a casa. No te... —Mami. Era la voz de un niño que me llamaba desde mi cuarto y era tan parecida a la que siempre había soñado como sería la de mi hijo que cogí todas las fuerzas que me quedaban y me dirigí a mi habitación. Un viento helado me rodeó por completo. —Mami. Su voz se intensificaba cuando me acercaba al espejo que descansaba junto a la ventana. En el cristal comenzaron a aparecer pequeñas huellas de manos de sangre que desaparecían cuando aparecían más. Un fuerte temblor hizo que perdiera el equilibrio y que el espejo cayera sobre mí, perdí la conciencia inmediatamente. —Mi amor, ya estás de nuevo conmigo —dijo Luis. —¿Dónde estoy? —pregunté desesperadamente. —Matías te quiere conocer —coloca a mi hijo en mis brazos. —Es hermoso —miré a los alrededores—. ¿Qué pasó? —Hubo complicaciones durante el parto y tuvieron que someterte a una cesárea. —Entonces, ¿todo este tiempo estuve inconsciente? Asentó.
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