09 de diciembre
Maite tenía por fin un día sin trabajar. Había logrado una perfecta armonía con su ayudante de cocina y lo creía capaz de hacerse cargo de la misma, una vez a la semana. Por eso no dudó en dormir hasta la hora que deseaba y salir a dar un paseo por la ciudad después. Las calles de Buenos Aires se habían plagado de guirnaldas verdes, moños rojos y luces titilantes. Las vidrieras no escatimaban en mostrar sus árboles bien decorados y los transeúntes apresuraban su paso, cargando sus bolsas como si no quedara tiempo para completar las compras navideñas.
Se sentó en un café cercano a su casa y ordenó una limonada, las altas temperaturas del verano le impedían disfrutar de alguna bebida caliente. Entonces sacó su móvil y un mensaje de su amiga Abril, la hizo sonreír, llevaba
