Cuando su padre lo llamo para decirle que su esposa había llegado a la mansión no podía creerlo. Después de pasar el mal rato, por haber visto a su exmujer. El saber que su esposa estaba aquí, le trajo muchos recuerdos de ella. Recordando todos los besos tímidos dulces y delicados que esta le daba. La falta de experiencia era algo que le encantaba de ella. Adriano siempre ha preferido mujeres fogosas, ardientes, y apasionadas pero, esta vez, inexplicablemente, no había sido así. Deseaba ver a su esposa. La pasión que le ofrecía Paula le pareció lo más asquerosa del planeta. Mientras esta lo besaba le paso imágenes de Alana y las comparo mentalmente. -¡Mierda! Estoy mal. - pensó. Luego recibió aquella llamada de su padre sorprendiéndolo aún más. -Tu esposa, está en casa hijo. - le habí

