—¿Y tu familia? —pregunta Dylan mientras me abre la puerta del asiento trasero. Me subo al coche, dándole las gracias. Él asiente y continúa: —¿Necesitas mi ayuda para decírselo a Martín? Quiero decir... seguramente debe estar esperando que nos casemos algún día. Y ahora que vamos a tener a nuestro bebé pronto... —hace una pausa, mira mi no tan obvia barriga y sonríe—. Estoy seguro de que también estarán felices, al igual que yo cada vez que pienso en formar nuestra familia.
Sus palabras son tan dulces a veces que me hacen preguntarme si sigue siendo el mismo hombre directo y pragmático que conozco. Cuando dice cosas que hacen que mi corazón revolotee, se siente como un regalo inesperado, algo raro que me encanta.
—Llamaré a mi madre esta noche —digo, dejando que mis labios se curven en
