—Vaya, ¿Qué hace el hijo favorito en la ciudad? No sabía que estabas en el país…—comentó Hans, Heinrich sonrió de oreja a oreja.
—He solucionado mis problemas personales, ya estoy de regreso. —Hans arrugó su ceño por un momento.
— ¿No ibas a estar fuera seis meses? No tienes ni el mes que me dejaste a cargo.
—Aún no tomaré de regreso las riendas de lo que te encomendé. Nuestro padre tiene otros planes para mí en estos meses antes de regresar por la administración del hotel y del club. —Al terminar decir “Club” Heinrich sonrió de manera malévola y lo sabía Hans, supuso de inmediato que al hacerle énfasis, era por las subastas millonarias con las mujeres que se hacían mensual, pero lo que aún él no sabía era que Hans acabaría con ello.
— ¿Y sabes por qué la señora Dubois está en esta reu
