Isaac Salir de esa recamara me costo muchísimo. Termino encerrándome en mi cuarto. Odiándome por tener una erección de tamaño monumental, solo por ver a esa escuincla tocándose. Casi de forma involuntaria mi mano se va a mi entrepierna, y santo cielo es casi doloroso. Como puedo me quito la corbata que siento que me asfixia, y mi mente no deja de reproducir su imagen de ella tumbada en la cama desnuda, he visto a otras mujeres hacer eso y con muchísima mas sensualidad, y pericia que ella, entonces porque me pareció tan dolorosamente excitante verla así. A la mierda todo, me meto al baño bajo mi pantalón y comienzo a tocarme. Estoy tan caliente, que ni si quiera puedo dominar mi cuerpo y mi mente, y comienzo a fantasear con esa imagen y muchas otras que permito que lleguen a mi. Me sor

