12.

1370 Palabras

12. Al día siguiente me desperté como si me hubieran dado una paliza del demonio. Me dolía el cuello, la espalda, las piernas… Todo. Abrí los ojos. Debía ser de día ya que el sol entraba por las persianas. Recordaba que las había dejado bajas. Era raro pero no podía estar seguro de nada. Busqué mi celular. No estaba. Yo siempre suelo dejarlo en un mismo lugar por si lo necesito para algo importante. En ese tiempo ya tenía ese hábito y mi celular no estaba sobre el velador donde lo dejaba cada noche. Podía olvidar dónde dejé mis pantalones o las zapatillas pero no mi celular. Me levanté adolorido y de malhumor. Lo encontré sobre mi escritorio. Era extraño, doblemente extraño. Simón entró sin llamar y eso me sobresaltó. Verle en mi cuarto me hizo recordar que la noche pasada mi pad

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR