—Adam. —¿Sí? —En verdad tengo algo de nervios con lo que pasará, digo, Hank ya se dará cuenta que no regresaré a casa y seguro me buscará... Dejo mi oración inconclusa cuando mi móvil comienza a sonar, abro mi bolso y al sacarlo miro la pantalla, es Hank, pareciera cómo si lo hubiese invocado; no respondo, Adam sigue conduciendo a casa, el camino es algo resbaladizo por la tormenta, pero su gran habilidad de conducción nos lleva por lo seguro. —Nos va a buscar, pero estaré preparado, no puedo dañarlo, a pesar de todo lo sigo considerando mi amigo y necesitamos de su ayuda, solo espero no se ponga muy difícil —dice seriamente, pero con cierto tono tranquilizador, mi móvil nuevamente suena, sin apartar los ojos del camino, Adam me extiende su mano. —Le responderé. —Pero... —Tranquila

