Lucía aún en su despacho no dejaba de pensar: *"¿Qué juego estás jugando, Mark? ¿Crees que no veo cómo calculas cada palabra, cada roce, cada maldita pausa dramática?* Sus uñas se clavaron en los brazos del sillón. *"No soy una de tus marionetas. No tiemblo por cualquier hombre que se atreve a desafiarme, yo también se jugar...* Un escalofrío le recorrió la espalda al recordar cómo su voz había vibrado cerca de su oído. *"...Entonces ¿por qué Demonios mi piel aún arde donde *casi* me tocaste?"* *"Lo peor no es que tengas razón... es que *quiero* que la tengas. Y eso—"* Cerró bruscamente la carpeta. *"—eso sí que no te lo perdonaré."* --- Cuando la puerta de la oficina se lucía se abrió se encontró con Mark de pie junto al ascensor a la espera de que ella se acercara, sin

