Chica tonta

2049 Palabras
— ¿qué te ha pasado por qué estás sangrando.? — pregunta sorprendido con los ojos bien abiertos mientras camina de prisa para ver mi mano sangrante, de inmediato se quita el saco y cubre con ella mi herida... — el ave se atasco — titubeó distraída sin quitar la mirada de su bello rostro, mientras el está levemente inclinado tratando de detener mi sangre. — ¿y por eso te has hecho esto.? Chica tonta — refunfuña como si estuviera molesto — vamos te llevaré al hospital — ordena para luego halar de mi mano. — no, el ave sigue atascado — grito poniendo resistencia. — por Dios — rueda los ojos — ¿Cuántos años tienes.? — gruñe para luego ir a liberar el ave quien ya tenía el ala demasiado lastimada así que lo envolvió en un paño viejo — de prisa — ordena de nuevo con voz fuerte y dominante, mientras se da la media vuelta hacia la puerta yo solo hago muecas a sus espaldas, me sentí reprendida por mi profesor, al parecer a él le encanta dar órdenes, después de todo es el profesor pero prefiero su lado romántico y ardiente a este hombre gruñón y mandón, su pasos son largos y seguros en cada uno de ellos derrocha elegancia y autoridad, por suerte no nos topamos con nadie de lo contrario andaría en la boca de todos, caminamos hasta el parqueadero dónde abrió la puerta de su auto por mi, un Ferrari color rojo, en seguida acomodo al ave en mis brazos y corrió a su lugar para conducir. — ¿A dónde vamos? — pregunto tratando de sonar lo más normal posible, pues su perfume solo me trae recuerdos de la noche anterior y por alguna maldita razón eso me provoca un cosquilleo entre las piernas. — al hospital — responde sin quitar su mirada concentrada del camino. — ¿A cual hospital.? — Pregunto sorprendida y preocupada de qué no me lleve al hospital de mi padre. El solo me mira y me regala una sonrisa confortante, una sonrisa que mueve hasta mi hueso más pequeño, por Dios es tan guapo que no me importaría estar embarazada si con eso me puedo quedar a su lado... cielos ¿qué pienso? aún que ahora que lo pienso bien ¿cómo puedo ser tan estúpida de haber olvidado el momento en el que él y yo tuvimos sexo? un hombre tan perfecto no se olvida, por Dios tengo que recordar ese momento. 10 minutos después y ahí estamos por suerte ya llegamos por que mis pensamientos ya me estaban volviendo loca y por suerte no es el hospital de mi padre por que no quiero imaginar el drama que haría … — adelante señor Montana. — dice un guardia que está afuera del hospital, él solo lo ignora y sigue caminando a toda prisa yo solo puedo correr tras él, disfrutando del aroma que va dejando a su paso. — ¿señor Montana le ocurre algo .? — pregunta preocupado un hombre con bata blanca (un médico). — ¿Acaso no vez que la joven está sangrando? — refuta mi profesor grosero bastante molesto con un tono de voz intimidante — disculpe joven — musita el doctor bajando la mirada —adelante señorita — dice en seguida, la actitud del profesor me hace enfadar al parecer lo que tiene de guapo lo tiene de arrogante. Una vez adentro el doctor lava y desinfecta la herida para después ponerle un vendaje. — no se preocupe señorita la herida no es profunda — Asegura el doctor con una sonrisa amable — gracias doctor — respondo un poco penosa, y con mucho dolor en la mano tenía ganas de llorar pero tuve que controlarme, al salir él sigue ahí sentado esperando, al notar mi presencia de inmediato se pone de pie. — vamos — ordena de nuevo. — ¿A dónde.? — refutó alzando la voz, ya su actitud de mandón me estaba enfadando. — aun falta un herido por atender — responde mostrándome al ave en sus manos y arqueando una ceja, con su gesto una sonrisa se dibujo en mis labios disipando el mal humor de mi mente. Nos subimos al auto y nos quedamos en silencio total, todo es tan incómodo el tan hermoso y yo sin poder hablar, intento decir algo pero no soy capaz de articular palabra, los nervios no me ayudan. 10 minutos después y estamos en una veterinaria, bajo del auto y de inmediato entrego al ave para que la atendieran. — esta muy lastimada — asegura la chica que recibió al ave — vuelva como en una hora aremos lo posible para salvar su pequeña ala, yo simplemente agradezco para después regresar al auto. — ¿Qué te ha dicho.? — Pregunta mi guapo y perfecto profesor, como si de verdad le importara. — que vuelva en una hora, si quieres puedes irte — respondo indiferente, él solo sonríe y pasa sus dedos por su negra cabellera. — no te preocupes yo espero — responde. Los minutos pasas y un silencio ensordecedor se apodera una vez más del auto hasta que se escucha un ruido extraño, eran los rugidos de mis intestinos que se comían entre si por el hambre tan grande que tenía… del bochorno creo que de mi frente escurrían gotas de sudor, me sientia tan avergonzada que quiero salir corriendo, apenada ladeó mi cabeza para ver al profesor, él se recarga en el asiento y sonríe tiernamente mientras niega con la cabeza sin poder creerlo. — vamos te llevaré a comer ¿Qué se te antoja.? — pregunta con una sexy sonrisita de lado, en verdad que es perfecto cuando no está de mandón. — una pizza , no mejor pollo frito con papas — sugiero un tanto emocionada por la comida, hasta que reaccino y borro mi sonrisa en seguida, que tonta no quería parecer una niña por lo que dijo antes mi compañera y es justo lo que hice.. — yo no como eso — refuta con un gesto de desagrado, los dos callamos y un minuto de silencio bastante incómodo se apoderó del ambiente, pero de pronto se empieza a escuchar fake love de BTS es la canción que tiene mi celular… abro mis enormes ojos y lo volteo a ver, el también me está mirando con unos ojos enormes y al mismo tiempo los dos miramos hacia atrás de dónde provenía el ruido. — ¿acaso es ese mi celular? — pregunto algo confundida. El sigue mirándome con sus enormes ojos fríos, color miel y no dice nada, así que sin pensarlo me levanto para ir hacia la parte trasera del auto, pero el me toma del brazo con sus largas manos. — lo lamento — susurra y baja su mirada — Anoche saliste huyendo y tú teléfono cayó por accidente — en un instante el bochorno vuelve a mi cuerpo de los nerviosa que estoy, mis mejillas están hirviendo y supongo que bastante ruborizadas, por Dios si me recuerda, que vergonzoso, pienso mientras me agachó y muerdo mi labio inferior, de repente siento como su cálida mano me toca de la barbilla levantando mi rostro para mirarlo a los ojos. — lO LAMENTO — dice mi profesor, mirándome fijamente con una mirada cálida, de culpa y arrepentimiento — no sabía que eras una niña y mucho menos que serías alumna mía… — cuando termina de hablar yo quedo callada sin poder decir una palabra si quiera, así que el suelta mi rostro y baja del auto, yo me quedo agachada muy apenada de que el recuerda todo lo que pasó en aquella noche — "toc, toc" — toca el vidrio de la ventana con sus dedos, al abrirlo el profesor extiende su mano con mi celular en ellas. — gracias — musitó un tanto nerviosa, bueno bastante nerviosa… al prenderlo me percato de que tenía una llamada perdida de lía — NO PUEDE SER! — refutó cerrando los ojos con desesperación. — ¿Ocurre algo.? — pregunta mi profesor, cuando entra al auto, con sus ojos bien abiertos y atentos a lo que yo diré. — iba a salir con unas chicas y se me ha hecho tarde — digo molesta, como si fuera su culpa. — no te preocupes podrás ir mañana — espeta tranquilo. — ¿no entiendes? tenía una cita… esa doctora es demasiado popular como para darme otra cita — gritó histérica, mi mente estaba tan caliente que me impedía pensar con fluidez. — ¿Estás enferma.? Ponte el sintieron te llevaré al hospital ahora mismo, ¿por qué no lo dijiste antes si venimos del hospital? — gruñe frunciendo el entrecejo. — no, no estoy enferma. — no tengas miedo, yo te acompañaré. — eh dicho que no tengo nada — demonios no soy una niña. — has dicho que perdiste tu cita y yo te llevaré con mi doctor no te preocupes es de confianza. — asegura mientras arranca el auto. — detente!!! eh dicho que te detengas no estoy enferma estoy embarazada. — ¿Lo dije o lo pensé? demasiado tarde lo eh dicho. Detiene el auto de golpe y con su mirada fuera de órbita me voltea a mirar, sin poder creerlo. — ¿como pudiste? aún eres una niña ¿por qué no te cuidas? eres tan irresponsable, niña tonta. — es culpa tuya — grito alterada por sus regaños. Con una sonrisa forzada, me mira confundido — ¿QUÉ? Estás loca ¿otros te hacen el favor y ahora es culpa mía.? j***r, niña tonta. — anoche estaba bastante ebria y… — ¿y anoche que? — grita colérico, su voz fuerte me hizo exaltar agitando mi corazón, estoy segura que acaba de perder la paciencia. — y… y lo hicimos y no me cuido con nada así que el resultado es bastante claro — Susurro apenada mientras me agachó, con un nudo en la garganta y con los ojos a punto de derramar mis lágrimas, el me mira y estalla de risa. — niña tonta anoche no paso nada solo unos besos con caricias y eso fue todo — habla sin parar de reír apenas y se entiende lo que dice Mis ojos de inmediato se hacen grandes y lo volteo a ver para preguntarle — ¿Estás seguro.? — por Dios hice el oso de mi vida. — totalmente seguro — responde mirándome con ternura. En ese momento recupere el aliento de pronto nos interrumpe la chica de la veterinaria — está listo su mascota es un loro — dice — se alimenta de semillas… y — ella sigue hablando así que mi profesor bajo del auto para ir a pagar por las curaciones del ave. Yo tomé al ave y mientras el estaba distraído salí y tome un taxi para irme a casa. Cuando llego a casa abro la enorme puerta de madera color café, al entrar pienso que me equivoqué de casa, se ve tan limpia que hasta se ve más grande, volteo a la cocina y ahí está mi padre con una mujer bastante joven un poco bajita de estatura, piel morena, con una larga cabellera color n***o, está sonriendo tan cómodamente con mi padre que siento celos. — padre eh llegado — grito bastante seria con mirada fulminante hacia esa mujer. — Kylie ven aquí — ordena mi padre sonriendo — mira ella es Ana, nos ayudará con los labores de la casa. — bien, Ana consigue algo para guardar a mi pequeño amigo — exijo refiriéndome al ave, se que fui bastante grosera pero después de que mi madre murió yo eh sido la única mujer en la vida de mi padre. —Kylie Anderson !!! que manera de responder — dice mi padre bastante molesto. — no se preocupe señor. — . sonrojada hasta las orejas responde Ana tomando al ave en sus manos. solo ruedo los ojos luciendo una cara de fastidio para luego salir. — ¿a dónde diablos vas? si acabas de llegar. —por mi auto padre — respondo azotando la puerta. Papá está sonrojado por mi actitud delante de Ana pero quién lo manda a coquetear con ella.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR