—Es una chica sensata y de confianza; tuviste suerte de que estuviera despierta y pudiera llegar tan rápido —asintió Elena con sabiduría. Mientras la investigación seguía en curso, Elena había leído los informes de las entrevistas a Maggie con los médicos e investigadores. Estos expertos explicaron que, si hubiera permanecido desplomado en la cabina, los hematomas y daños en el pecho y el torso podrían haberle causado complicaciones muy graves. También habló con algunos expertos para asegurarse de que Maggie no hubiera hecho nada malo y que no fuera responsable de las lesiones de Kaeden. —Sí, en efecto —dijo con naturalidad—. Maggie fue un ángel de la guarda aquella noche. —Hizo una pausa mientras su asistente colocaba una bandeja con una jarra de agua sin gas fría y una botella de agua c

