De todas las diversas reuniones y obligaciones que tuvo durante la semana, realizar las entrevistas personalmente a las posibles candidatas como asistente personal para Delclaux fue, tal vez, lo más agradable que hizo. Hoy, sin embargo, debía elegir a una de entre las 20 féminas que entrevistó y no, no era exactamente una tarea agradable. Le resultaba un tanto difícil seleccionar a una sola y estaba mal que se sintiese una mala persona por no poder dar el puesto a todas. Pese a esa parte desagradable de las entrevistas, no podía negar que hubo una parte de sí que se sintió bien al interactuar con personas ajenas a su entorno y a la empresa. Sabía que en parte se debía a la nostalgia de ver a una generación más nueva y más joven de personas ansiosas de nutrirse con nuevas experiencias en un

