Dani pasó moviéndose de lado a lado en la cama. Aún no podía creer lo que había pasado con ese hombre tan elegante y atractivo. Creía que había sido un sueño hasta que veía el móvil a su lado. Reía, se emocionaba, luego recordaba a Brad y toda esa dicha se convertía en tortura. Casi a las tres de la mañana pudo quedarse dormida. Se despertó casi a las ocho, observaba el móvil aún impactada, una cierta culpa se asomaba a su corazón como una pequeña espina, incomodándola. ¿Qué le diría a Brad? De pronto escuchó pasos subir por la escalera tomó el móvil lo apagó y lo metió al cajón de la mesa de al lado. Se recostó en las sábanas fingiendo que dormía, su pecho saltando a mil por segundo. La puerta se abrió y escuchó cuando él dejó unas cosas al lado de la cama y luego volvió a salir. Su co

