Bruno se siente acorralado por la joven que tiene las hormonas revueltas, no sabe si reírse o echársela de una vez. Si no fuera por las amenazas de su progenitor de que si la toca, se eliminará las entradas que adquiere de él.
—Déjate de bromas, eres intocable para mí, mejor concentrémonos en estos asuntos. —Bruno cambio el ambiente, la joven es una tentación que le está costando caro.
Él la baja de la mesa, tomándola de la mano, sale del salón, suben al ascensor, Andrea aprovecha que van solos y lo abraza, él se queda quieto, hasta que la mano de ella baja peligrosamente.
—No juegues conmigo. —el ascensor se abre que no le dio tiempo de contestar, él sale y ella sonríe caminando detrás de él.
—Señorita, Andrea, aquí tiene los contactos que me pidió.
—¡Qué eficiente eres Lidia! —los
