Sin embargo, justo cuando se levantaba con la intención clara de perseguirla y arrastrarla de vuelta a la cama para completar lo que habían comenzado, su teléfono comenzó a sonar insistentemente desde la mesita de noche. Al ver el nombre "Hassan" parpadeando en la pantalla, recordó inmediatamente la urgencia con la que su amigo había estado intentando contactarlo: —Hassan, tengo que hablar con él —murmuró, sintiendo cómo la realidad del mundo exterior se filtraba a través de la burbuja íntima que había construido con Nina. Así que, con un suspiro de resignación, contestó la llamada: —Hermano. —Ya son las diez y media, no creo que te esté interrumpiendo, ¿o sí? —preguntó Hassan con una nota de humor en su voz que sugería que sabía exactamente lo que había estado interrumpiendo. —Sí me

