En el pasillo de la mansión Al-Sharif... Nina caminó por el pasillo de mármol pulido hacia la habitación de Emir con pasos que mezclaban emoción maternal con una ansiedad creciente que se había estado acumulando en su pecho desde que despertó esa mañana. Por primera vez en sus vidas, Emir tendría la oportunidad de asistir a una institución educativa de élite, algo que durante años había existido únicamente en sus sueños más imposibles cuando observaban desde lejos los edificios de academias prestigiosas, preguntándose cómo sería la vida de los niños afortunados que podían estudiar sin preocuparse por la supervivencia diaria. Al llegar frente a la puerta de roble macizo de la habitación de su hermano, Nina levantó su mano delicada y tocó suavemente con los nudillos, respetando la privacid

