―Eso dices ahora porque no está ―respondió Hassan con la confianza de quien ha presenciado estas dinámicas familiares durante décadas―. Ya quiero verte la cara cuando venga la señora Samira. Hola mami, tengo novia, mira ya no creas que soy gay. Te daré un nieto. Omar se tapó la boca para no reírse, mientras que Salomón le dirigió una mirada asesina a Hassan, quien lo miraba con una sonrisa descarada. ―Hassan trata de buscar tu muerte natural. Además, mi madre ya no manda en mí y lo sabes ―zanjó la cuestión con la finalidad de quien no admite discusión―. En fin, ya no tenemos tiempo. Vamos a repasar mi plan ―volviéndose hacia Omar, añadió con un tono que mezclaba afecto y advertencia―. Por cierto, mañana tú y yo… conversaremos un poco más. El hombre asintió, reconociendo la promesa velad

