Una parte de ella quería estar feliz, quería creer que tal vez Ahmed... Salomón... había sentido algo real por ella. Pero otra parte, la parte que había sido rechazada y menospreciada toda su vida, le susurraba que tenía que haber otra razón. —¿Y si solo quería…una mujer sumisa y fácil de controlar? —se preguntó, abrazándose a sí misma bajo el agua—. ¿Y si vio que era una viuda sin hogar... y decidió que sería perfecta para su plan? Suspiró profundamente, sintiendo el peso de la incertidumbre. —O tal vez... tal vez sí le gusté un poco —murmuró con una esperanza tímida—. Tal vez no fue solo por el contrato. Tal vez... —su voz se desvaneció, no atreviéndose a completar el pensamiento. No, a lo mejor porque era una viuda sin hogar y en la calle prácticamente, porque yo, no tengo nada que o

