Laura comenzaba a descifrar a Marco, ya sabía cuándo estaba nervioso y podía decir con certeza que en ese momento su esposo estaba enojado, pero no entendía muy bien por qué. No había hecho nada, pero la tensión en sus dedos lo delataba.
- ¿Marcos?
- Si.
- ¿He hecho algo?
- No.
- Estás nervioso. Y eso me asusta.
- Laura...
El hace una pausa para respirar. Estaba tratando de mantener su estado de ánimo bajo control, ella no tenía la culpa de su temperamento, y se había prometido a sí mismo que no sería grosero con ella, y mucho menos grosero como la mayoría de los hombres que conocía. Laura comenzaba a florecer de nuevo y no quería que él se hundiera en un caparazón con los recuerdos del ataque, y eso sucedería si ella también comenzaba a temerle.
- Necesitas entender una cos
