DOMINIKA A medida que escuchaba los pasos de Lancaster acercándose, mi vida estaba pasando completa ante mis ojos. Sentía que mi sentencia de muerte estaba cerca y yo no sabía cómo lidiar con eso. No tenía tiempo que perder, y me puse manos a la obra. Cada músculo de mi cuerpo estaba petrificado. Estaba en el baño, con la espalda pegada contra la pared fría, escuchando cada palabra de la conversación entre Erik y Lancaster. El sonido del picaporte girando hizo que el aire en mis pulmones se evaporara. Mierda. Estaba a segundos de ser descubierta. Si Lancaster abría la puerta y me veía con el vestido, sin el binder que me comprimía el pecho, sin la chaqueta holgada ni la boina, se acabaría todo. Mi disfraz, la coartada, y mi vida entera. En la mente del detective, no sería Dominika Pl

