El problema era ciertamente difícil y al Marqués, por el momento, no se le ocurría ninguna solución, y debía encontrarla, no sólo para salvar a la pobre muchacha, sino también porque detestaba a Lord Polegate. Su padre, el anterior Marqués era un hombre demasiado bonachón para reñir con nadie, pero él, Welby de Longridge, consideraba a Polegate un vecino indeseable, porque, lamentablemente, las tierras de uno y otro colindaban. Polegate era muy rico y trataba de hacerse popular en el condado, mas las asociaciones de ciudadanos aceptaban sus donativos simplemente porque necesitaban el dinero. La mayor parte de la gente lo mantenía a distancia y se burlaba de sus ambiciones de preeminencia. En lo que al Marqués se refería, sus problemas con él se limitaban a las fricciones que había entre

