Son las cuatro de la madrugada, nos encontramos en el living de casa de tío Andrew, aun no tenemos noticias, el pequeño Austin duerme plácidamente en su habitación, solo ha despertado una sola vez y logré arrullarlo de nuevo, ama su mantita, es un niño adorable; me acomodo recostada en el sofá poniendo mi cabeza sobre el pecho de Will que me envuelve entre sus brazos, el tic tac del reloj que yace sobre la chimenea es el único ruido en toda la bendita casa, mis ojos se enfocan en la pintura que cuelga del muro, creo son Dante y Beatrice, es hermosa, quizás tío Andrew pueda orientarme un poco para adquirir un cuadro así para nuestro hogar —Debes dormir un poco, princesa, lo necesitas Dice en tono serio, suspiro, si lo necesito, pero me siento un poquito inquieta —Estoy cansada, pero no

