2015
Melany llegó a la puerta de la facultad con el pelo atado en una colita, el trasbordo de los trenes y la caminata posterior siempre la acaloraban un poco.
- ¡Hey, Mel! ¡Hoy es el gran día! - gritó su amiga Carolina ni bien la vio desde el otro lado de la calle.
Y corriendo a su encuentro, le dio un efusivo abrazo. Mel la abrazó también, le encantaba la amistad que tenían, siempre eran directas y genuinas, podían pasar horas charlando o simplemente cada una leyendo su materia y siempre se sentían a gusto.
- ¡Esperá un minuto! - dijo de repente Carolina separándose de su amiga de forma brusca.
- ¿Qué pasó? - preguntó Melany un poco preocupada.
- ¿No me digas que eso es lo que vas a usar para la entrevista? - le dijo exagerando su tono.
Melany se miró a sí misma y con gesto de resignación asintió con la cabeza. No era que no lo hubiese pensado, pero tampoco tenía muchas alternativas.
-Ah, no. De eso nada. Lamento informarte que en el día de hoy te vas a perder las clases. - Melany la miró extrañada.
-¡Nos vamos de shopping, amiga! - dijo sonriendo mientras la tomaba del brazo y prácticamente la arrastraba al otro lado de la calle.
Melany entre divertida y sorprendida se dejó llevar por su amiga, pero cuando vio que ésta hablaba en serio la detuvo.
-No Caro, en serio, sabes que no tengo un peso. No me puedo ir de compras. Es una pasantía, me tendrían que tomar por mis conocimientos, no por mi ropa. - le dijo a su amiga con tono sereno.
Carolina la miró seria por un instante, pero sin dar el brazo a torcer le dijo
- Si, tenes razón, pero cualquier excusa es buena para ir de compras. Yo te lo regalo, nunca me dejas regalarte nada. -
Pero al ver la negativa inminente de su amiga se corrigió.
- Bueno, no te lo regalo, te lo financio, cuando cobres el primer sueldo me lo das.-
Una pizca de duda asomó en los grandes ojos claros de Melany y eso fue suficiente para que Carolina se saliera con la suya.
- Dale, nunca faltas a ninguna clase, te la pasas estudiando y esta es tu primera entrevista, dejame disfrutar un día de amigas. Se que cuando comiences a trabajar no nos vamos a poder ver tan seguido.- la expresión exagerada de súplica en la cara de su amiga le divirtió a Mel y por primera vez en mucho tiempo eligió dejarse llevar.
Invadidas por una repentina alegría ambas amigas se sumergieron en la aventura de los centros comerciales. Se probaron muchísimas prendas y zapatos, se animaron a una breve prueba de maquillaje que bastó para sentirse más hermosas y hasta solicitaron con pericia la prueba de un perfume cuyo valor, Melany no podría afrontar ni en sus sueños. Cuando las piernas la obligaron a descansar compartieron unas papas fritas y una Coca cola light recordando lo bien que la habían pasado. Aún sin un atuendo, Melany le agradecía a su amiga que su mañana hubiese sido tan divertida.
Apenas faltaba una hora para la entrevista cuando Carolina le anunció que se iba al baño, pero cuando la vio regresar con dos bolsas supo que su amiga siempre conseguía lo que quería.
-No acepto devoluciones.- dijo entregandole las bolsas.
- Y nunca vas a saber cuanto salió. - añadió. Melany comenzó a abrumarse, pero Carolina no la dejó.
-Vamos, queda poco tiempo. Cambiate en el baño. -
Cuando Melany por fin salió, Carolina no podía estar más feliz.
- Ese trabajo es tuyo. - dijo con suficiencia mientras Mel se giraba para mirarse en el espejo. El pantalón n***o con el final ligeramente angosto, marcaban su figura. La blusa celeste de gasa con los detalles en el escote, que de forma deliberada le hacía honor a sus pechos, se hacia mas ancha en las caderas dándole aspecto juvenil, sin perder la elegancia y los zapatos nude de taco bastante más alto de lo que hubiese querido completaban el diseño que con tanta pericia había comprado su amiga. Mel casi no se reconocía. Llevaba tanto tiempo vistiendo jeans y zapatillas que se había olvidado de lo linda que se podía sentir.
Nunca se había considerado especialmente hermosa, siempre había tenido más complejos que elogios para sí misma. La ausencia de su mamá desde tan temprana edad, había ido en detrimento de su confianza. Su pasada adolescencia tampoco colaboraba. Sólo una vez se había sentido hermosa, deseada. Pero había dolido tanto que prefería no recordarlo.
Frente al espejo, Carolina entrelazó su brazo con el de ella, le regaló una mirada de aprobación y la sonrisa las invadió.
- Hoy es el primer día del resto de tu vida, amiga. - le dijo al oído y Mel, por primera vez en mucho tiempo eligió creer.
Salieron del baño del centro comercial y caminaron juntas hasta la puerta de la empresa donde era la entrevista. Se estaban despidiendo cuando Carolina se percató de un último detalle.
-Dame tu mochila. - le dijo con seguridad.
- Ni loca, tengo todas mis cosas ahí. - le respondió Mel sujetándola con fuerza.
- Dale, pasá lo más importante a mi cartera y hacemos el cambio. No me arruines el precioso look que te armé. -
Melany accedió nuevamente al pedido de su amiga y con apenas su celular, billetera, un paquete de chicles y un labial que Carolina decidió dejar dentro, se encaminó al que deseaba sería su nuevo lugar de trabajo.