Mi mente me decia que estaba haciendo mal pero mi corazón me decía que hacía lo correcto. —Esto es una mentira tuya —Niega incrédula —. Tú no puedes estar embarazada. —Lo estoy Amanda, estoy esperando por segunda vez una vida que es fruto de nuestro amor. Edrick sujeta mi mano, deja un beso en ella y me sonríe. —Edrick yo te advertí que si no... —No me importan tus amenazas Amanda —La interrumpe —. Me interesa estar cerca de mis hijos y la mujer amo. —Este también es tu hijo —Refuta molesta —. No te puedes desentender de nosotros. —Y no lo haré, me haré cargo de él y no le faltara nada. —Juro que me las van a pagar, lo juro. Sale de la oficina dando un portazo, me giro y tomo asiento en el sofá tratando de calmar los mareos. —¿Éstas bien? —Sujeta mi mano y asiento —. De

