CAMILA
—No, no, no —susurré para mí misma. Miraba fijamente la prueba que descansaba en mi regazo, mientras me escondía en el cubículo del baño. Las dos líneas rosadas eran más claras que nunca, y me tomó todo lo que tenía no derrumbarme en llanto allí mismo…
No puedo creer que esté embarazada.
—¿Estás bien? —gritó Ruby desde la entrada del baño—. Si es así, creo que voy a salir a buscar un par de bebidas para nosotras.
—Sí, estoy bien —respondí con voz ahogada, esforzándome más de lo que quería—. Adelante. Es solo que la comida para llevar me está afectando fuerte. —Intenté forzar una risa, pero apenas podía respirar.
—Uf, vale. —Ruby soltó una risita—. Odio cuando pasa eso. Sé justo la bebida para un estómago revuelto.
—En realidad —llamé, esperando detenerla—, creo que solo t
